La llegada de elecciones saca el lado más generoso de los políticos. Todo son sonrisas y promesas y, por supuesto, no falta dinero para todos los ciudadanos. Dinero para los ciudadanos, proveniente de los ciudadanos (la magia de la política). Aunque las próximas Elecciones Generales en España aún no tienen fecha, los partidos políticos han sacado la billetera para recaudar todos los votos posibles. De los creadores del “tú más” llega ahora el “yo (te doy) más”.
En los últimos días, el Partido Popular ha intensificado esa pugna por ofrecer cuanto sea necesario por rascar un puñado de votos. Se han sucedido los guiños a los funcionarios, bajada de IRPF en mitad del año, nueva financiación autonómica, más dinero para becas, ayudas sociales o una reducción de la parte fija del recibo de la luz cercana al 2%.
El PP ofrece más de 13.000 millones de gasto
Los populares ya no solo basan su estrategia electoral en la mejora de la economía española y la buena evolución del empleo, ahora también en un programa de gasto al puro estilo socialdemócrata. Entre unas medidas y otras el Ejecutivo de Rajoy pretende implantar unas medidas que ahora suponen más de 11.500 millones y que podrían ascender hasta los 13.000 millones de euros en función de la subida de los salarios públicos.
La medida más importante del Ejecutivo ha sido la de elevar en 7.000 millones la financiación a las Comunidades Autónomas. El gran agujero negro de España recibirá más dinero para sostener sus decenas de Administraciones paralelas cuyas duplicidades cuestan más de 30.000 millones. No es solo eso, el pozo sin fondo autonómico ha costado a España más de 150.000 millones entre el rescate de las cajas de ahorros en manos de los políticos autonómicos y el pago de los distintos fondos autonómicos. Además, el Ministerio de Hacienda asumirá los intereses de las CC.AA con más problemas. Las CC.AA tienen “el derecho” a reclamar “lo que quieran” ha dicho Mariano Rajoy y, por ello, les aumentará en 7.000 millones su financiación. Total, el dinero no lo pone él sino el resto de españoles.
Las otras medidas que ha prometido el Ejecutivo ha sido la reforma del IRPF por valor de 1.500 millones (20 euros por persona de media) que si bien no es gasto, sí es dinero que se debe dejar de gastar. También ha prometido dotar con 2.000 millones su agenda social, destinada a paliar la pobreza existente en España. Por último, se le suman gastos menores como la reducción de un 2,2% (1,5 euros de media) de la parte fija de la factura de la luz. Se debe recordar que el Estado es el responsable de un 60% del coste de cada recibo de la luz, para cuando los políticos hablan de pobreza energética y de los precios abusivos de las eléctricas. Por último, el nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha prometido subir la partida para becas y ayudas para libros.
Por último, aunque no confirmado queda el guiño del PP a los funcionarios y trabajadores públicos. Primero será la abonar la paga extra que les debe, en total unos 700 millones. Además, el PP declarará tarde o temprano una subida de sueldo para los funcionarios que podría rondar el 1 o 1,5%, lo que significaría un gasto de unos 1.500 millones. De momento, el Presupuesto del Congreso se ha incrementado un 1,51% y su presidente, Jesús Posada, ha asegurado que la Cámara está “preparada” para aplicar a los diputados la misma medida que aprueba el Gobierno respecto al sueldo de los funcionarios para 2016.
Los populares son conscientes que son la segunda mayor fuerza (tras los jubilados) de voto de España, 2,5 millones de trabajadores públicos y no han dudado en dulcificar su vocabulario con ellos. Aunque Cristóbal Montoro es cosciente de que la diferencia entre sueldos públicos y privados es la mayor de la OCDE. En 2013, los funcionarios cobraban de media 39.907 euros brutos mientras que el sueldo medio privado es 25.983 euros. No le ha dudado el pulso en destacar hace unas semanas que los funcionarios han tenido un “ejemplar comportamiento” en una legislatura muy complicada o que han de tener una “mejor retribución”.
Rivales con imaginación
Renta básica universal, Renta Mínima de Inserción, Renta Vital Mínima o Renta complementaria. Podemos, PSOE o Ciudadanos han presentado con nombre propios para diferenciar medidas difícilmente diferenciables, salvo la presentada por el partido de Albert Rivera.
El PSOE presentó hace un par de días su propuesta de “Renta Vital Mínima”. El partido socialista es también experto en estas acciones recaudatorias de votos. Quién no recuerda los famosos 400 euros que regaló tras ganar las elecciones José Luis Rodríguez Zapatero, o el denominado ‘Cheque Bebe’.
La nueva medida que el PSOE plantea repercutirá en 730.000 hogares y que beneficiará a 1.847.000 personas. Con un coste de 6.000 millones plantea: una prestación por cada hijo a cargo de 150 euros al mes para rentas inferiores a 7.100 euros; de 100 al mes por hijo para rentas entre 7.100 y 11.500 y de 50 al mes por hijo para rentas por debajo del umbral de la pobreza (17.000 euros en familias de dos hijos). Además, se va a extender la prestación por desempleo a 426 euros al mes más complementos familiares.
Si bien PP y PSOE han lanzado sus propuestas, el primero que en hacerlo fue Podemos, aunque también ha sido el que más dudas ha despertado. La formación que dirige Pablo Iglesias ha sacado diversos programas económicos con medidas muy dispares, en el primero aseguraban una renta básica universal que en los diversos programas posteriores ha matizado. La formación púrpura también ha optado por hablar de Renta Mínima de Inserción cuyo coste era más limitado, aunque todavía no hay una opinión oficial de cuál será la opción elegida.
Ambas propuestas fallan en el mismo punto, con ese sistema se desincentiva la búsqueda de empleo o el empleo sumergido. Si bien el PSOE ha hablado de controlar las personas que reciben la prestación, es complicado de implementar el control de casi dos millones de personas. Ante ese fallo actúa Ciudadanos, su propuesta de dar un complemento salarial a las rentas de trabajo más bajas intenta incentivar el trabajo. Aunque obviamente tiene su parte negativa, como que las empresas paguen peor porque el Estado se ocupa de la otra parte.