El empleo se destruye, cae la población activa y aumenta el desempleo, en especial entre las mujeres. Empezamos 2016 con 64.900 ocupados menos que al finalizar 2015. Esta cifra global no puede ocultar que en el sector privado se destruyeron más de 82.000 empleos en los tres primeros meses del año.
En el primer trimestre de 2016 el número de activos en España se redujo en 52.700 personas. El mercado de trabajo que además envejece de forma acelerada: todo el empleo destruido en el trimestre se concentra en las personas más jóvenes y solo aumenta el número de ocupados mayores de 55 años. La tasa de paro es del 21 %.
Trabajadores pobres es un concepto que parecía ajeno al estado del bienestar y las reguladas economías europeas, incluida la española. Sin embargo, desde la crisis los salarios del 10 por ciento de las trabajadoras y trabajadores que los tenían más bajos se redujeron en más de un 25%. Son muchas las familias con un empleo que se encuentran ya en niveles de pobreza.
El nivel de exclusión y pobreza ha superado en España los 13 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, es decir el 29,2% de la población total, lo que supone 5,7 puntos más que en 2008.
La siniestralidad laboral no decrece. Desde 2012, coincidiendo con la Reforma Laboral, se han registrado incrementos del 8% en el índice de siniestralidad en el conjunto de los sectores y del 9% para la siniestralidad mortal. En 2015, se registraron 1.233.918 accidentes que causaron 608 fallecidos.
La situación económica no mejora. Por cuarto mes consecutivo la economía española se encuentra en niveles de inflación negativos, indicativos de baja actividad. Ya no son el petróleo y los alimentos los responsables de la caída de precios. Empieza a revelarse una reducción del comercio minorista mientras los primeros meses del año observan una caída de actividad en los servicios y la producción industrial. A esta aparente débil actividad se une un mal trimestre de resultados económicos, especialmente en la banca.
La pobreza y la desigualdad laboral tienen rostro de mujer. La inserción en el mercado de trabajo de las mujeres es inferior a la de los hombres y de menor calidad. En estos momentos, para equiparar los salarios entre mujeres y hombres, el salario de las mujeres debería incrementarse en un 32%. Más de 2 millones de mujeres trabajadoras se sitúan por debajo del umbral de la pobreza.
La tendencia a la reducción de pensiones se consolida. La última reforma de pensiones de 2013, producto de la condicionalidad impuesta a España con el rescate financiero, regula un sistema de revalorización de pensiones que reduce su capacidad adquisitiva y un factor de sostenibilidad que reducirá las pensiones. La Comisión Europea estima una reducción del gasto en pensiones de dos puntos del PIB.
El contexto y la solidaridad internacional es una constante en los Primero de Mayo. La situación económica internacional, la incapacidad de las instituciones globales, los desregulados paraísos fiscales, los efectos del cambio climático, las migraciones, las crisis en los países emergentes ofrecen razones sobradas para la reflexión sindical. Sin duda, será la crisis europea de los refugiados y los acuerdos adoptados para resolverla los que catalizaran la protesta sindical.