El aumento de la pobreza es una de las secuelas de la crisis que más parecen resistirse a las ligerísimas mejoras de actividad. Entre la primavera del 2014 y la del 2015, periodo que analiza la encuesta de condiciones de vida del INE, el PIB creció a un ritmo del 2,6% anual. Dicho de otra manera, el crecimiento del PIB no se disemina hacia los hogares españoles, que solo han visto reducir el riesgo de pobreza en tan solo un 0,1%.
Casi tres de cada diez españoles, el 28,6% de los ciudadanos se encuentra en riesgo de exclusión social, según la encuesta del INE. Los datos medios sugieren que los extranjeros, con formación básica, en paro y con hijos a cargo, aunque sin pareja, y viviendo en Andalucía, tienen el mayor riesgo de caer en la pobreza.
Los mayores de sesenta y cinco años tienen una renta que supera en un 17% la renta media que perciben el conjunto de españoles y españolas. Para ser más precisos, los “adinerados” son los hombres mayores de 65 años que perciben como renta un 22% más que la media española; las mujeres mayores cobran un 7% menos que los hombres de su edad, aunque también más que la media.
Esta brecha de género se nota en las cifras medias. Las mujeres perciben en su conjunto un 1% menos que los hombres. Una brecha que se explica, por un lado, al menor ingreso medio de las citadas mayores de sesenta y cinco años; y por otro, a las de entre treinta y cuarenta y cuatro años, que perciben un 5% menos que los hombres.
Las rentas más bajas se corresponden con los segmentos de edad más jovenes, entre 16 y 28 años, que perciben ingresos inferiores en una tercera parte a la media de los ingresos de los hogares españoles. Como era de esperar, en estas rentas las más bajas corresponden a los parados y paradas y a los niveles de formación más bajos.
Si se analiza la renta según la actividad, son los jubilados los que tienen mayor renta. De hecho, supera en el doble a los parados y en un 10% a los activos. Así pues, podrá sorprender, pero la crisis nos ha traído un patrón de rentas en el que las que menos riesgo de pobreza tienen son, precisamente, los mayores.
Efectivamente, mientras el 22% de españoles se encuentran en riesgo de pobreza, los mayores de 65 años tienen una tasa de riesgo muy inferior: un 12,3%, mayor entre las mujeres que entre los hombres.
La tasa de pobreza es más alta allí donde la renta era menor, es decir, en los más jóvenes. El riesgo de pobreza de los menores de 28 años supera la media en casi ocho puntos.
Tipo de hogares
Si hablamos de tipo de hogares resulta que en los hogares monoparentales (un adulto con uno o más hijos), el riesgo de pobreza alcanza al 37,5% de la población, tasa solo superada por el riesgo de pobreza de los parados, que alcanza al 40% de quienes carecen de empleo y la de la población extranjera no europea, que supera el 57%.
Estos datos sugerirían que la pobreza anida en el paro extranjero y en las familias monoparentales. Datos que, al tiempo, indican un difícil patrón de consumo para la economía española. El consumo es el que está sosteniendo la actividad económica, pero dada la debilidad de las rentas, este consumo se basa en un crecimiento del endeudamiento.
En el conjunto de Europa, según un estudio hecho público por Cetelem, los consumidores denominados “senior”, entre 50 y 75 años, son los que, también tienen mayor capacidad adquisitiva, aunque en España parece mayor el peso de los jubilados sobre el conjunto de los «senior».
Los datos de las condiciones de vida de los españoles ponen también de relieve la transcendencia del sistema de pensiones; la paulatina disminución de la pensión media que se espera en los próximos años, y en el futuro, alterará este patrón de rentas, lo que elevará la presión del riesgo de pobreza.
Distribución territorial
Los ingresos medios anuales más elevados se produjeron en el País Vasco (13.836 euros por persona), Comunidad Foral de Navarra (13.300) y Comunidad de Madrid (12.534). Por el contrario, los ingresos medios anuales más bajos se registraron en Región de Murcia (7.924 euros por persona), Andalucía (7.942) y Extremadura (8.469). Las tasas de riesgo de pobreza, las más elevadas se corresponden estrictamente con las Comunidades con menor renta media.
Cuando los jubilados son los más ricos, estos desplazan su consumo al mantenimiento de sus hijos y nietos o pagan el endeudamiento de estos.
Un patrón de renta y de consumo poco sostenible, sin el concurso de sectores de población en el entorno de los cuarenta años y que nos alerta sobre los riesgos del envejecimiento de la población española. Los sectores de población que se incorporarán a las generaciones mayores lo harán con menores perspectivas de pensiones y niveles salariales.
Miguel de la Balsa