Los Bancos deberán abonar las cláusulas suelo íntegramente y las empresas que adquirieron activos en el extranjero devolver las ayudas públicas. Un montón de recursos que pesarán sobre la economía española y corporativa. La Bolsa ya ha reducido la capitalización de entidades bastante castigadas.
Debilidad española
España había salvado el escollo más relevante en el ámbito político: las sanciones por el déficit excesivo, un éxito de De Guindos que no ha podido ser continuado en otros terrenos.
El año de incertidumbre que ha vivido la política española ha limitado su capacidad de hacer lobby ante el conjunto de las instituciones, especialmente en los ámbitos que influyen en la justicia europea y el Abogado General. La Comisión, una vez que da por resueltos los desequilibrios más relevantes de la crisis, ha vuelto a su posición de vigilancia y ha dejado de hacer política con el tribunal, cambiando la actitud que mantuvo hasta el Brexit.
El Brexit – y la influencia del Gobierno de Cameron- pareció salvar a la banca española, cuando el Abogado General anunció poco antes de Referéndum británico, en un intento de tranquilizar a los sectores financieros, que la banca española no debería pagar las cláusulas suelo con carácter retroactivo. El Tribunal le ha quitado la razón.
La Comisión, a instancias del que fuera Comisario Joaquín Almunia, recurrió las bonificaciones fiscales que las empresas recibieron por adquisiciones en el exterior, desde 2003. El tribunal que, inicialmente, favoreció a las empresas ha cambiado de criterio y obliga a la devolución de las mismas.
En su conjunto, un golpe económico a España que nominalmente superará los diez mil millones de euros. Una parte de ellos podrían retornar a los clientes hipotecarios y otros aliviar el déficit. Pero no cabe duda que viene a influir decisivamente en sectores que no se han estabilizado tras la crisis.
Las cláusulas suelo: el final del efecto Brexit
El Tribunal de Justicia de la UE ha fallado a favor de los clientes, lo que supone que los bancos deberán devolver íntegramente todo lo que los clientes han abonado de más desde 2009, y no desde 2013 como fijó previamente el Tribunal Supremo. El Tribunal ha considerado que el Supremo español no produjo una proyección completa a los consumidores.
Según las estimaciones del Banco de España, la sentencia tiene un impacto de 4.000 millones de euros. EL anuncio ha supuesto que los bancos del IBEX reduzcan su cotización a media mañana casi en un 10%. Banco Popular y Banco Sabadell son las entidades más castigadas junto a Liberbank, que opera fuera del IBEX.
Las Bonificaciones fiscales: la aparición del efecto Apple
La política fiscal de Rajoy, especialmente en Sociedades, irritó siempre a Bruselas, especialmente al Comisario Almunia, muy celoso de sus responsabilidades en materia de competencia.
La legislación española permitía deducir el fondo de comercio en el impuesto de sociedades (la diferencia entre el valor en libros y precio de compra) cuando se adquiría más del 5% del capital de una sociedad extranjera. La Comisión Europea abrió expediente a España y ha declarado las sucesivas modificaciones del criterio ilegales.
El Tribunal de Justicia dio la razón a las empresas pero, ahora, se la quita. El argumento fundamental es el que la Comisión ha utilizado para solicitar la devolución de las ayudas fiscales irlandesas recibidas por Apple. En realidad ni la Comisión ni el Tribunal consideran ilegales en sí mismas las ayudas sino que creen, ahora, que son selectivas, es decir que no todas las sociedades pueden acceder a ese tipo de compensación fiscal.
En términos nominales las devoluciones serán millonarias. Solo la compra de O2 por Telefónica generó 4.000 millones de compensación fiscal. La de Abbey por el Santander, la de Scottish Power por Iberdrola, la de BAA por Ferrovial, las compras de Abertis, Sacyr o Cintra en autopistas, generaron miles de millones de descuentos fiscales. Todas estas entidades caían en bolsa esta mañana, con la excepción de Ferrovial y Abertis.
Las sociedades tratarán de demostrar que sin estas cantidades los pagos fiscales hubieran sido también reducidos o negativos para justificar que en realidad el uso de las ayudas solo son unas decenas de millones. No obstante, Europa ha caído sobre las globalizadas sociedades españolas.
Miguel de la Balsa