Conflictividad laboral y confrontación frente a recortes: ése ha sido el discurso con el que los sindicatos han arruinado la Junta de Accionistas que hoy celebraba el BBVA en Bilbao. Mientras la Junta acordaba repartir a sus accionistas más de mil millones, los trabajadores del banco exigían respeto a la plantilla y a las condiciones laborales.
UGT, CCOO, CGT y ACB, que alcanzan el 94% de la representación sindical en el BBVA, acudieron a la Junta General de Accionistas del banco exigiendo un cambio en la política laboral.
Los sindicatos denuncian “despidos arbitrarios”, presiones y políticas laborales de atemorización. Han anunciado, de nuevo, y ante los accionistas, concentraciones parta el día 23.
Lo digital, ¿falso y antilaboral?
Los sindicatos están denunciando que el plan de transformación digital no solo no está siendo negociado sino que es un pretexto para modificar las condiciones laborales y salariales de los trabajadores.
También denuncian que los salarios y condiciones laborales de las empresas del grupo ajenas al convenio colectivo (OPPlus, por ejemplo) están siendo castigados en sus condiciones laborales y sindicales.
Los trabajadores afirmaron que «Francisco González, presidente del BBVA, y su equipo directivo siguen imponiendo a marchas forzadas la ‘transformación’. “Todo internet, todo teléfono móvil». En ese contexto, dijeron que no dudan de que la adaptación a las nuevas tecnologías sea necesaria, pero sí tienen sus reparos sobre si ese «banco virtual que están creando» dará cabida a las personas.
Así, denunciaron que desde el año pasado el banco «ha iniciado una política de presión y amedrentamiento contra su plantilla por medio de despidos express». Para ello, aseguran, se obliga a los jefes a elaborar listas de trabajadores a quienes «de forma totalmente subjetiva y arbitraria» se les achaca no tener suficiente «compromiso».
Aseguraron que, de hecho, el propio banco reconoce después la improcedencia de los despidos, «pero los afectados se quedan en la calle».
Además, subrayaron que el BBVA está ejecutando una liquidación «sistemática y programada» de la plantilla, ya que teóricamente ofrece salidas supuestamente voluntarias, pero dejando a trabajadores sin alternativa posible.
“Lo que viene será duro”
El presidente respondió a los sindicatos argumentando que las reducciones laborales eran inferiores a las del sector, aunque, en tono que la Junta interpretó como amenaza, señaló: “Lo que viene será duro”.
Los sindicatos no reconocen la política de mantenimiento del empleo y denuncian bajas selectivas, contratos precarios y mal pagados y ambiente de amenazas. “Estáis tapando la burbuja inmobiliaria con despido», afirmaban los sindicalistas. Incluso alguno de ellos ha llegado a sugerir que el desarrollo de la red es falso y que los comerciales obligan a los clientes a usar el móvil en las agencias.
Contra las retribuciones de los consejeros
Las retribuciones de los consejeros no ejecutivos, se dice, son elevadas. Por ejemplo, ser vocal del consejo supone 129.000 euros. Pero más altas y excesivas resultan las remuneraciones de los consejeros ejecutivos que entre remuneraciones y aportaciones a sistemas de ahorro pueden alcanzar los cinco millones de euros.
En contraposición, dicen los sindicalistas, se ha decidido que «no hay sitio para los trabajadores que cobran 30.000 euros brutos anuales, si llegan, y que cumplen con su trabajo de forma responsable, pero no hacen las jornadas sin límite que el banco quisiera», en afirmación que tuvo que escuchar la Junta de Accionistas.
Miguel de la Balsa