“Ya es duro” dicen en CCOO, la primera central sindical del banco, que ha visto cómo pasaban de una entidad con cierta calidad en las prácticas laborales a una que se comporta como el conjunto del sector; es decir, “menos excelencia, menos negociación y más reforma laboral», en palabras de Isabel Gil, responsable sindical en el BBVA.
El banco ha contabilizado una caída del beneficio en España del 46,3%, incluyendo la actividad bancaria y la inmobiliaria, y que incluye las provisiones por las cláusulas suelo, pero también otros factores estratégicamente importantes como bajos tipos de interés, caída del crédito y menores comisiones.
El uso de los canales digitales es el mantra bancario frente a esa situación, junto a algunas subidas de tipos en créditos a la vivienda y las empresas. El coste, cierre de agencias y despidos. No habrá ERE pero sí reducción de plantilla.
Los despidos del verano han sido interpretados por los trabajadores como “una chulería”. Un mensaje a la plantilla de que se cambiaba la cultura de buenas prácticas, negociación y pacificación de las relaciones laborales.
No hay nadie en el banco que no reconozca que la “digitalización” es un reto. “Somos conscientes de hacia dónde vamos; pero hay diferentes maneras de emprender el camino”, señala Isabel Gil.
Despidos y «bajo desempeño»
El BBVA está recrudeciendo su política de despidos. El pasado 21 de marzo, un nuevo despido en BBVA Madrid, el mes pasado otros en Pamplona, Madrid, Murcia, Andalucía, Cataluña, bajo el eufemismo de «bajo desempeño».
Esta política la inauguró BBVA con 14 despidos en junio pasado, en un mismo día –2 personas por cada Dirección Territorial– y tras estos primeros, se ha producido un permanente goteo, que hasta ahora suponen 50 despedidos.
BBVA continúa así despidiendo periódicamente por toda la geografía española, a personas de una lista de 600, que en septiembre de 2016 decidió incluir en el Colectivo ENGAGEMENT (Bajo Desempeño).
Sueldos millonarios
Si lo que viene será duro, que lo sea para todos, afirman, por ejemplo, en CCOO: “No es de recibo que en la misma empresa, el presidente cobre en un año lo que tardaría 234 años una trabajadora recién entrada en el banco”.
Las retribuciones de los consejeros no ejecutivos son elevadas. Por ejemplo, por ser vocal del consejo, la remuneración asciende a 129.000 €. La retribución fija de los ejecutivos es muy alta. Sin contar variables ni aportaciones a fondos de pensiones, el presidente Francisco González, cobrará 2,4 millones; 1,9 el consejero delegado y 0,8 millones para el director de Economía Global y Regulación.
Si, como declaraba el Presidente en la Junta General, «el personal de las oficinas son los delanteros, los que meten los goles», en el vestuario los entrenadores ni valoran el esfuerzo ni premian como es debido. «Esto va de formar equipo, no de dejar a los delanteros solos y machacados. Por otro lado, a los clientes no se les tiene que marcar ningún gol, un código deontológico lo prohíbe”, afirma contundente Isabel Gil.
La media mentira de González
En su intervención ante la Junta de Accionistas, Francisco González recordó, ante las intervenciones de los sindicalistas que le arruinaron la jornada, que su entidad pagaba salarios por encima de la media. Lo que es solo una media verdad o una mentira a medias, según se mire.
Es sabido que el sector financiero español paga un salario idéntico en todas las entidades, según convenio sectorial. Sin embargo, en el BBVA – con la única excepción de los asesores financieros en las agencias, cuyo salario fue fruto de un diálogo- se están negociando salarios individuales específicos con los trabajadores.
Estas remuneraciones, recuerdan los sindicatos, son “graciables, fuera de convenio, absorbibles y acumulables”; es decir, como llegan, se van. De hecho, los sindicatos están teniendo problemas en los juzgados para que se reconozcan esas remuneraciones salariales.
Esas remuneraciones especiales a trabajadores escogidos por la entidad van vinculadas a una mayor jornada laboral. La jornada de banca en convenio ronda las 1.700 horas, que las negociaciones sindicales en vacaciones y festivos han reducido a 1.600. Las jornadas vinculadas a los salarios individuales superan con creces esas 1.700 horas y pone al banco al margen de la ley. Más salario por más jornada, no es pagar mejor.
Miguel de la Balsa