Durante la presentación del Informe general ante los 751 delegados y los numerosos representantes de organizaciones sociales, políticas y de sindicatos de más de 30 países, el ya ex secretario general de CCOO ha hecho un repaso de la situación política, económica y social en Europa y en nuestro país, afirmando que la austeridad no funciona, y defendiendo un cambio de rumbo.
En su opinión, “la Confederación Europea de Sindicatos (CES) tiene que ponerse a la cabeza de un amplio movimiento de los trabajadores para cambiar unas políticas que “tanto sufrimiento están causando”. “Europa necesita un Pacto Social con el objetivo de lograr un reparto más equitativo de la riqueza, que deje atrás las políticas de austeridad”, subrayó, al tiempo que recordó que “hace 4 años la CES propuso un ambicioso plan de inversiones para hacer arrancar una economía gripada”.
En su resumen del informe, actualizado con acontecimientos recientes como los resultados de las elecciones francesas, atentados terroristas o el Brexit, Toxo ha reiterado su opinión de que “España no ha dejado atrás la crisis”, de que está muy presente, y de que en cualquier caso está saliendo de la recesión de forma “poco sana”, de manera que se está incubando la próxima crisis.
“Solo se superará la crisis cuando se recuperen los niveles de bienestar anteriores a ésta”, para lo que defendió la necesidad de conciliar el crecimiento con las necesidades de la gente para superar los efectos de la crisis en las personas, “especialmente sobre las mujeres y lo jóvenes que sufren los efectos de la degradación de las condiciones laborales propiciada por las reformas laborales”
“Las reformas laborales provocaron más desempleo y devaluación salarial, y ahora impiden la generación de empleo de calidad. Por eso, hay que derogarlas”, aseveró Toxo, que reclamó asimismo derogar la reforma unilateral de las pensiones llevada a cabo por el Gobierno del PP en 2013 y una reforma fiscal, con la suficiencia y la equidad como eje, para impulsar el crecimiento, la creación de empleo y reducir las desigualdades”. Toxo, finalmente, defendió la necesidad reformar la Constitución para resolver una situación, en referencia a Cataluña, que ya “está creando problemas de convivencia”.
«La Constitución no es de piedra y su reforma no puede ser un tabú», afirmó. «Este país se merece otra oportunidad para lograr otro período extenso de paz y progreso», señaló Toxo.
Es el momento de redistribuir la riqueza, de la que los salarios son parte fundamental, las pensiones y la protección social, que constituyen también el motor del crecimiento. Para lograrlo, Toxo apostó por el diálogo social y una movilización consistente desde las empresas, y por la unidad de acción sindical, pues “si nos dividimos el sindicalismo perderá gran parte de su eficacia”.
El XI Congreso de CCOO, destacó Toxo, representa un hito para pasar a la ofensiva con el objetivo de conseguir una distribución de la riqueza en España, con un sindicato unido y renovado, en su dirección, estructuras y en la forma de relacionarse con el mundo laboral para responder a los cambios que se han producido en la sociedad. Por este objetivo apuestan los documentos que se debaten en el Congreso.
Toxo abandona la Secretaria General
Tras 40 años de sindicalismo y ocho al frente de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, ha dejado hoy, “por razones personales” como anunciara en su momento, su cargo como secretario general «tranquilo y convencido de haber hecho lo mejor».
Toxo empezó a ser sindicalista con 15 años. Ahora acaba de cumplir 65 y ha decidido ceder el testigo para revitalizar el sindicato.
Uno de los grandes méritos atribuibles a Toxo fue unificar una organización que se había quedado «partida por la mitad» en un marco de tensión, logrando formar un equipo a los pocos días en el que participó todo el mundo.
Convocó tres huelgas generales (septiembre de 2010, marzo de 2012 y enero de 2013) promovidas contra las políticas del Gobierno; las dos primeras, contra el de José Luis Rodríguez Zapatero y la última, contra el de Mariano Rajoy.
Ahora, deja CCOO en manos de una nueva generación de sindicalistas que deberán hacer frente a retos de una España con un mercado laboral al alza pero con una calidad del empleo resentida y unos salarios y pensiones que han perdido poder adquisitivo
Miguel de la Balsa