Cinco puntos de PIB por segundo; este es el coste – en términos de capitalización- de los ochos segundos de la independencia catalana. Desde que se celebró el referéndum ilegal del día 1 hasta el día de El Pilar, la fuga de empresas de Cataluña se ha convertido en una auténtica estampida: 700 empresas
700 compañías han abandonado.
Entre el 2 y el 9 de octubre abandonaron Cataluña 219 empresas (la mayoría, 212, el día 9), a las que se sumaron 177 el día 10; 155, el 11; 81, el 13 (el día 12 fue festivo); y 68 el lunes 16, según el Colegio de registradores de Cataluña.
Según datos de los registradores mercantiles 700 han ubicado su sede en otras comunidades españolas. Se han ido en 14 días más que en los primeros nueve meses del año, 584. . La diferencia es que el valor de capitalización es sustancialmente más alto que las que abandonaron en el pasado.
Sector financiero, probablemente el editorial y buena parte del de la salud y la tecnología. Todas las que se encuentran en rondas de financiación y las que tienen inversores extranjeros seguirán a las más rápidas. Regulación, rating, Europa y seguridad, las empresas piden lo que la independencia no da.
Antes de la decisión las autoridades catalanas sobre la independencia, el Gobierno español cambió la ley para facilitar a las corporaciones el traslado de sus sedes hacia otras partes del país.
Cálculos de fantasía y efecto reputación
Los economistas catalanes habían compartido los cálculos de fantasía de su gobierno. Balanzas fiscales, superávit comerciales, supresión de tributos del estado, nueva fiscalidad, todo anunciaba que ríos de leche y miel correrían por las rieras. Sin embargo, con escasas excepciones, los economistas no habían hecho cálculos de los efectos de la unilateralidad, la incertidumbre y la inseguridad.
Ahora, un 40% del PIB catalán se ha domiciliado fuera, esto no tiene de entrada efectos especiales pero es un duro golpe para una comunidad que deberá recurrir al mercado de capitales, en el caso de que el gobierno español retire la manguera del FLA (Fondos de Liquidez que sustituyen el endeudamiento).
El mercado rebajará el rating – alguna agencia ya ha anunciado recesión- y sin mercados de capitales, Cataluña, y sus empresas, tendrán que financiarse mediante bonos patrióticos y bonos pagaderos con mayores impuestos futuros, lo que aumentaría la presión fiscal y el déficit. En ese contexto no solo empresas sino capitales y personas individuales cambiarán su empadronamiento.
Efectos a medio plazo
Los efectos iniciales de la salida de empresas serán mínimos. Al tratarse de un simple cambio de sede social, el grueso de la actividad industrial seguirá llevándose a cabo realmente en Cataluña.
Aunque los mercados se están resintiendo: el turismo, una de las industrias más solventes en Barcelona, ha sufrido un duro golpe en uno de los puentes más importantes del año, así como las economías familiares que viven del alquiler de vivienda turística. Otras pymes anuncian el retroceso de sus mercados por el efecto separación.
La clave de cómo puede terminar afectando este anuncio de traslados de grandes compañías está en dónde terminen radicando sus sedes operativas, más allá del domicilio social, ya que los cuarteles generales de las grandes compañías son polos de atracción de más negocios y creación de empleo.
En ese sentido, además de los mencionados efectos financieros, deberá anotarse el deterioro de las redes comerciales, las consecuencias que esto pueda tener en el empleo o en la generación de otras actividades comerciales que compitan con las actuales, en el entorno de las nuevas sedes.
Los profesionales del sector bancario ya han anunciado el incumplimiento de objetivos en sus agencias y el riesgo sobre el mantenimiento de las mismas, o lo que es lo mismo sobre el empleo
El modelo de corralito catalán no ha sido otro que el de las cuentas corrientes zombies, el recurso a la banca por internet y el desplazamiento de ahorro fuera de Cataluña.
A medio y largo plazo, los cambios tendrán repercusiones. Las empresas que tengan cobertura de unas actividades sostenidas con empleo, de momento la mantienen. Ahora bien, al cambiar la sede social, cambian las estrategias de planificación y organización de la producción en el futuro, y está claro que siempre tienen prioridad las zonas más cercanas a la sede principal. Aparece una amenaza evidente de movilidad forzosa para los actuales trabajadores y trabajadoras de las entidades.
La reputación de Quebec y el retorno
Quebec ha sido ampliamente citado por los independentistas catalanes. Pues bien, esa es la situación en la que parecen encontrarse. Entre los años 1980 a 1985, Quebec realizó dos referéndum; siete bancos y 700 empresas se fueron y, lo que es más importante: nunca volvieron.
Las empresas más proclives a volver son las que tienen merado en Cataluña. Pero estas son las menos importantes. Cuando se toma la decisión de abandonar una zona por su inestabilidad política es prácticamente irreversible.
Empresas más importantes que han abandonado Cataluña
IBEX35: Caixabank, Gas Natural, Abertis, Sabadell, Cellnex, Colonial. Total capitalización: 77,1 mil millones de euros.
Mercado Continuo: Catalana Occidente, Applus, Service Point, eDreams, Odigeo, Naturhouse, Dogy, Orizon, Total capitalización: 7 mil millones de euros
Mercado Alternativo: Eurona, Lleida. Net
Empresas no cotizadas:
Planeta, Bimbo y filiales, Idilia Foods (Colacao, Nocilla). Aguas de Barcelona, Torraspapel, Indukern
Otras: Codorniu, Criteria Caixa, Axa Seguros, Caixabank Asset M; Banco Mediolanum, Arquia Bankia, GVC Gaesco Beka; Trea Asset M; Gestora de Fondos EDM. Gesiuris, San Miguel; Pesa, Clínica Terres de Ponent, SegurCaixa, VidaCaixa, MGS seguros; Proclinic, DVD Dental, Klockner, Sanantur, Tap baterias
Miguel de la Balsa