miércoles, noviembre 27, 2024
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Monsanto, un siglo de prácticas devastadoras

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Los Estados miembros de la UE no han podido acordar la pasada semana  el destino del Glifosato, cuya autorización expira a mediados de diciembre. El debate gira en torno a la duración de la renovación (tres o cinco años) o a su prohibición definitiva.

En la Unión Europea no se ha logrado una mayoría cualificada sobre la autorización del herbicida, basado en el sospechoso Roundup de Monsanto que, solo en la Unión Europea, supone un mercado de mil millones de euros. El glifosato ha sido clasificado como un «carcinógeno probable» por la Organización Mundial de la Salud.

El 9 de Noviembre la mayoría de los países (14, incluidos España, los Países Bajos, Suecia, Hungría o el Reino Unido) votaron a favor de la propuesta de Bruselas, pero esto no permite una mayoría cualificada de población (65%). Nueve países votaron en contra, incluidos Francia, Bélgica, Italia, Austria y Grecia. Cinco estados se han abstenido, incluidos Alemania (a priori debido a las diferencias política de los futuros socios de gobierno en Berlín), Polonia o Portugal. Se volverá a repetir la votación en un Comité que se celebrará el 28 de Noviembre.

La influencia de Monsanto

Según el potente grupo de presión encabezado por Monsanto, Europa esta “desoyendo a los científicos europeos”; sin embargo, como informó Estrella Digital, parte de esos informes científicos eran en realidad una simple copia de un estudio publicado por Monsanto en 2012.

Monsanto, un siglo de devastación

La filial Española de Monsanto presume de ser “una de las mejores compañías para trabajar en España”, al tiempo que afirma que “la agricultura sostenible es la esencia” de la empresa. Sin embargo, ha concentrado en España su negocio de transgénicos que ha debido abandonar en el resto de Europa. Los transgénicos han sido una de las razones que han llevado a Bayer a cerrar la fusión con Monsanto para crear un gigante de la industria agrícola.

Monsanto no es una inocente empresa de desarrollo e investigación. De hecho, lleva más de un siglo impulsando investigaciones y productos que se resumen en prácticas devastadoras para la sostenibilidad y para el ser humano.

Entre 1962 y 1971, los Estados Unidos lanzaron sobre el sur de Vietnam más de 83 millones de litros de herbicida sobre zonas rurales. La base era la dioxina de arsénico, con base en el agente naranja de Monsanto. Se produjeron miles de víctimas civiles y militares. La dioxina es responsable de hasta 33 enfermedades.

La firma se impuso históricamente como uno de los grandes fabricantes mundiales de caucho , plásticos. Fibras sintéticas y fosfatos. Pero, sobre todo, logró el monopolio de los ploricloruros (PCB) conocidos por su alta toxicidad ambiental. Durante cincuenta años han intoxicado el planeta. Un Juez decretó en 1995 que la firma conocía desde 1937 su toxicidad, a pesar de lo cual siguió lanzando sus residuos en diversas ciudades.

Monsanto ha llegado a perseguir a agricultores, acusándoles en falso de usar las semillas patentadas por Monsanto. Monsanto vende conjuntamente tanto sus semillas patentadas como su herbicida Roundup

En 1996, Monsanto introdujo sus primeras semillas transgénicas. Se asegura de que los agricultores no puedan recuperar sus propias semillas. Los grandes grupos alimentarios, entre los que se encuentra esta empresa, mantienen alrededor del 80% del mercado de maíz transgénico y el 93% del de la soja transgénica. El contrato de venta estipula abusivamente que los agricultores deben comprar a estos grupos las semillas para plantar cada año.

Las mala reputación política

Los grupos de presión que defienden los intereses de Monsanto  tienen prohibido entrar en el Parlamento Europeo. Los eurodiputados se indignaron por la decisión de Monsanto de evitar una audiencia organizada por los comités de medio ambiente y agricultura, con académicos, reguladores y activistas, convocada para el pasado 11 de octubre.

«Aquellos que ignoran las reglas de la democracia también pierden sus derechos «, declaró el presidente del Partido Verde, mientras el Presidentye Tajani  afirmó que se trataba de una decisión adoptada por todos los grupos parlamentarios.

Una carta de Monsanto a los eurodiputados decía que el Parlamento Europeo no era «un foro apropiado» para el debate sobre los temas en cuestión. «Observamos con creciente alarma la politización del procedimiento», escribió el vicepresidente de Monsanto, Philip Miller, acusando de populismo a las instituciones europeas.

Monsanto dedica a presionar a autoridades políticas y científicas europeas unos cuatrocientos mil euros al año, según la propia entidad reconoce en los registros de trasparencia de la Unión Europea.

 

 

 

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