Bayas para calmar la ansiedad, semillas para mimar el estomago, marango para resistir a los virus más inteligentes. Tabletas de todas clases de vitaminas, minerales o vegetales, píldoras “con las vitaminas de 250 aguacates” para “completar la dieta normal” y “obtener un efecto nutricional”, ya que estas son las condiciones que pone la directiva europea.
Las píldoras han invadido Europa y España, faltaría más se pone a la cabeza como remedio para todo, especialmente a la buena conciencia,
El mercado de productos de nutrición en España ha pasado desde los 472,7 millones en 2005 a los 608,3 millones en 2014. De estos, es el segmento de los complementos alimenticios el que mayor mercado ocupa (440 millones en 2014, un 3,5% más que en 2013).
Ya en 2014, Italia y España eran los paraísos de los complementos alimenticios, según las conclusiones de la primera encuesta europea sobre el consumo de estos productos, liderada y coordinada por investigadores de la Fundación para la Investigación Nutricional (FIN) desde el Parc Científic de Barcelona y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
En España se comercializan más de 284 productos, mientras en el Reino Unido, el número de productos diferentes es de 116, casi la mitad que la de los otros países.
En 2016, el consumo de productos de nutrición deportiva o suplementos alimenticios ha aumentado en España un 7% respecto al año anterior, según datos del Euromonitor International Sport Nutrition in Spain.
La gente con más renta, seguida de los universitarios, es la que practica en mayor medida el mundo de los complementos alimentarios. Los responsables consumen más que los empleados.
El sector de los complementos alimenticios está reservado, por el momento, a una clase social específica. Las mujeres de estos sectores sociales son el objetivo preferido para los vendedores y anunciantes. Las mujeres son las más consumidoras y pagan el exceso de automedicación mediante la llamada “tasa rosa” que, sin duda, se aplican a estos productos.
«Píldoras para el espíritu»
Los datos existentes sobre suplementos nutricionales comercializados en España muestran que, desde 2015, una cuarta parte del mercado total del sector lo concentran las vitaminas: suplementos dietéticos, en forma de píldoras, cápsulas, polvos, etc., de una sustancia natural bioactiva concentrada, presente usualmente en los alimentos que, al ingerirse en dosis superiores, pretenden ejercer un efecto favorable sobre la salud mayor que el que podría tener el alimento normal.
¿Cuál es efecto esperado de este consumo? Las etiquetas aseguran que son capaces de curar casi todo. Los consumidores eligen, ante todo, remedios de bienestar en lugar de productos de «belleza».
Vitalidad, estado de ánimo y sueño son las demandas más importantes de consumidores y consumidoras, sin olvidar las medicinas milagrosas contra el sobrepeso.
El consumo de estas pñildoras refleja una forma de vida, dicen los expertos, un estado mental y una forma de vida que se observa con mayor frecuencia en las clases sociales más altas. Existe en ellos una mayor conciencia de la acción de la nutrición en el cuerpo y la posibilidad de actuar en prevención para tomar el control de su salud «.
Los compradores, dicen los especialistas en parafarmacia, están buscando productos naturales que puedan reemplazar a los medicamentos tradicionales. La prueba es que la mayoría compra estos productos sin la aprobación de un médico.
¿Quién está dispuesto a pagar por los complementos alimenticios que no están cubiertos por el sistema de seguridad social en nombre del llamado bienestar general? Los complementos alimenticios, que no son todos efectivos, solo sirven los deseos de comodidad de algunos.
Otra característica del perfil de los entusiastas de las píldoras: ya son los que tienen las aportaciones nutricionales más completas. Los consumidores de suplementos, y más generalmente, las clases sociales más altas, ya están prestando más atención al contenido de su alimentación. Son los que comen más orgánicamente y equilibran sus comidas al máximo.
«Desigualdades sociales»
Las personas que usan complementos fuman menos y hacen más deporte, según los estudios de los institutos europeos y de mercado.
El consumo de suplementos alimenticios solo refuerza las desigualdades sociales en la salud, afirman los expertos en salud familiar, “los usuarios de complementos alimenticios son los que finalmente menos lo necesitan «. La pregunta principal es, por lo tanto, ¿por qué lo toman?
Miguel de la Balsa