El presidente de EE. UU., Donald Trump, afirmó el domingo que el comercio internacional había sido «muy injusto» con los exportadores estadounidenses, y que se «transformaría en algo muy grande» , en detrimento de la Unión Europea.
Washington está examinando distintas medidas para proteger los intereses económicos de los EE. UU. Por motivos de seguridad nacional, incluida la imposición de aranceles sobre el aluminio y el acero. Del mismo modo que se ha hecho con productos agrícolas, algunos españoles, y con electrodomésticos procedentes de China.
Respondiendo a los comentarios de Trump, un portavoz de la Comisión Europea dijo a los periodistas en Bruselas que la Unión estaba lista para responder si se hacía sufrir a los importadores.
«Para nosotros, señaló el portavoz de la Comisión, la política comercial no es un juego de suma cero. No se trata de ganadores y perdedores. Aquí en la Unión Europea creemos que el comercio puede y debe ser beneficioso para todos. La Unión Europea está lista para reaccionar rápida y adecuadamente en los Estados Unidos «.
Sobre las medidas que podría tomar Bruselas, el portavoz dijo que sería «mejor entendido si no profundizo más».
Trump, anteriormente, se había quejado a sus líderes de que, en su experiencia como empresario, le había sido muy difícil seguir la carrera a sus competidores europeos.
Trump, quien describió al Brexit como algo grande, dijo en sus declaraciones «He tenido muchos problemas con la Unión Europea, y puede ser un gran problema desde ese punto de vista.
«No podemos obtener nuestro beneficio. Es muy, muy duro. Y sin embargo nos envían sus productos, sin impuestos, muy pocos impuestos. Es muy injusto”
«No son uno, por cierto. Podría nombrar muchos países y lugares que sí. Pero la Unión Europea ha sido muy, muy injusta con los Estados Unidos. Y creo que nuestra respuesta resultará muy perjudicial para ellos «.
Los comentarios parecen acercar la posibilidad de un choque comercial entre la UE y los EE. UU. El verano pasado, la comisionada para el comercio, Cecilia Malmström, advirtió que, de producirse una «guerra comercial» entre los EE. UU. y la UE, sería «extremadamente desafortunado» para todo el mundo.
El sábado, se produjo un alivio al desaparecer la imposición, por sorpresa de un arancel americano del 292% sobre aviones fabricados en Belfast fabricados por trabajadores británicos.
El departamento de comercio de Estados Unidos dijo en diciembre que el Reino Unido y Canadá habían otorgado subsidios injustos a la empresa aeroespacial Bombardier, que emplea a más de mil personas en Irlanda del Norte.
Sin embargo, el caso, que se centró en una queja del rival estadounidense Boeing, fue desestimado por la Comisión de Comercio Internacional de los EE. UU. (ITC), en una acción que también fue bien recibida en Downing Street.
Miguel de la Balsa