En la actualización del programa de estabilidad 2019 remitida a Bruselas esta semana, el Ejecutivo realiza simulaciones de cómo afectaría a sus previsiones de crecimiento económico -2,2 % en 2019, 1,9 % en 2020, 1,8 % en 2021 y 1,8 % en 2022- una eventual subida de los tipos de interés, del precio del petróleo o una desaceleración de los países a los que exporta España por encima de lo esperado.
Estos «análisis de sensibilidad» ante diferentes «shocks» o acontecimientos graves e inesperados se enmarcan en el Código de Conducta de la Comisión Europea, explica el Gobierno.
Para evaluar el riesgo de una subida de los tipos de interés -que considera «improbable» por la política expansiva del Banco Central Europeo-, el Gobierno estima un repunte de 120 puntos básicos en ocho trimestres, es decir, un aumento de 15 puntos básicos cada trimestre durante dos años y estabilización en ese punto.
Con estos tipos de interés, el crecimiento económico se vería mermado en seis décimas este año, cinco en 2020, nueve en 2021 y un punto en 2022, con lo que quedaría en el 1,6 %, 1,4 %, 0,9 % y 0,8 %, respectivamente.
Además, este impacto reduciría la recaudación y aumentaría el gasto en prestaciones sociales, al tiempo que el déficit público se situaría en el 0,8 % del PIB en 2022 -cuando se espera lograr el equilibrio presupuestario- y la deuda sería dos puntos superior a lo estimado para ese año -90,7 % en lugar del 88,7 % del PIB-.
El Gobierno también realiza una estimación de cómo impactaría a la economía un encarecimiento del precio del petróleo, en este caso de diez dólares el barril por encima de lo contemplado en las previsiones macroeconómicas, hasta los 78,9 dólares este año y los 75 dólares en 2022.
Bajo este supuesto, el crecimiento económico se vería mermado en una décima este año, tres décimas en 2020, cuatro décimas en 2021 y cuatro décimas en 2022, hasta el 2,1 %, 1,6 %, 1,4 % y 1,4 %, respectivamente.
Como consecuencia de ello, la corrección del déficit público se vería ralentizada, con un desfase de dos décimas en 2022 en lugar de equilibrio, y el volumen de endeudamiento público sobre el PIB sería siete décimas superior al escenario central.
Otro supuesto de estrés analizado en el plan de estabilidad es una posible desaceleración de los mercados a los que tradicionalmente exporta España, que en este escenario hipotético crecerían cuatro puntos menos de los previsto, un riesgo que «puede ser algo más probable que en años previos» ante las recientes medidas proteccionistas y una posible apreciación del tipo de cambio.
Esta hipótesis restaría cinco décimas al crecimiento económico de España este año, tres décimas en 2020, cuatro décimas en 2021 y otras cuatro décimas en 2022, lo que dejaría el avance del PIB en el 1,7 %, el 1,6 %, el 1,4 % y el 1,4 %, respectivamente.
Esta desaceleración afectaría a las variables fiscales y dejaría el déficit público en una décima de PIB en 2022, en lugar de en equilibrio presupuestario, y añadiría dos décimas de PIB al endeudamiento público en ese ejercicio.
Estrella Digital