En concreto, los créditos impagados bajaron en junio en cerca de 3.000 millones respecto al mes anterior, el 4,3 %, hasta 65.007 millones, la cantidad más baja desde diciembre de 2008.
El crédito total concedido a familias y empresas creció en más de 12.000 millones sobre mayo, el 1,01 % y se situó en 1,215 billones, nivel similar al registrado en octubre de 2018.
La evolución interanual -junio pasado respecto al mismo mes de 2018- de la mora muestra una caída de 1,04 puntos porcentuales, ya que entonces se situaba en el 6,39 %. El año pasado el saldo crediticio ascendía a 1,23 billones (por lo que baja el 1,2 % interanual) y los créditos dudosos a 78.611 millones (cae el 17,3 % interanual).
En el transcurso del año, la morosidad se ha reducido casi medio punto porcentual, ya que terminaba 2018 en el 5,81 %.
Estas cifras, según algunos expertos consultados, reflejan tendencias favorables para el sector, como indica el portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), José Luis Martínez, para quien la morosidad ha marcado un nuevo mínimo desde la crisis por el «esfuerzo de los bancos por seguir ajustando su balance».
En su opinión, «la moderada caída de la tasa de morosidad no hace justicia al fuerte descenso de los créditos morosos del 17 %» interanual por la reducción de la deuda de las familias, y ha señalado que la bajada de la mora «es relevante para que los bancos aumenten su capacidad de financiación a empresas y familias» y «mejoren su rentabilidad para reforzar su estabilidad futura».
Sobre el futuro se han pronunciado otros analistas, como Joaquín Robles, de XTB, quien ha calificado esta situación como «un alivio para la banca», ya que «tendrá que provisionar menos fondos» para cubrir préstamos morosos.
Robles ha alertado de que un empeoramiento económico y del paro podrían generar «un mayor número» de préstamos morosos, pero ha añadido que las nuevas medidas de estímulo que prepara el BCE «podrían continuar favoreciendo el crédito a tipos bajos».
Para el analista de ATL Capital Ignacio Cantos los datos muestran una tendencia descendente que se podría truncar el próximo año si continúa la desaceleración por una menor concesión de crédito, por lo que en los próximos meses podríamos registrar los mínimos de mora de este ciclo, todavía alejados de las cifras récord de 2007.
La mora de los bancos, cajas y cooperativas ha bajado del 5,65 % de mayo al 5,34 % de junio, con lo que se sitúa en niveles desconocidos desde el comienzo del verano de 2010. Esto se ha debido a que el importe de los créditos dudosos ha menguado el 4,47 % al pasar de 64.784 millones de mayo a 61.886 millones en junio.
Respecto a junio de 2018, la tasa de mora de ese grupo de entidades ha descendido 1,07 puntos porcentuales, ya que ese mes se situaba en el 6,41 %, aunque en esa fecha los créditos impagados ascendían 75.258 millones y el saldo crediticio gestionado por bancos, cajas y cooperativas se situaba en 1,174 billones. Este año, la mora baja medio punto porcentual.
En lo que respecta a los Establecimientos Financieros de Crédito (EFC) la morosidad ha crecido al 5,6 %, siete centésimas sobre mayo. Respecto a junio de 2018 baja dos centésimas y sube 0,45 puntos sobre el cierre de 2018.
A ese porcentaje se ha llegado después de que el volumen de financiación creciera en algo más de 1.000 millones en junio, el 2,2 % respecto a mayo, y se situara en 48.691 millones. Los préstamos dudosos cayeron levemente, de 2.748 a 2.726 millones.
El retroceso de la mora en junio aleja a este indicador a más de ocho puntos de su máximo histórico, el 13,61 %, que alcanzó en diciembre de 2013, en plena crisis económica y financiera.
Estrella Digital