Además, los «retornos» o la repercusión económica de la propia cumbre ascenderán a 200 millones, tomando como referencia el impacto de la actividad de la Institución Ferial de Madrid (Ifema) y los datos de gasto medio por cada visitante internacional a este tipo de eventos.
Teresa Ribera ha comparecido hoy junto a su homóloga chilena, Carolina Schmidt, en un encuentro informativo para avanzar detalles de la organización de la próxima cumbre del clima, que organiza España tras la renuncia de Chile a causa de la grave crisis interna en el país.
La ministra española ha cifrado en 50 millones el coste de la cumbre – frente a una previsión inicial de 60- y ha subrayado la celeridad con que ha tenido que trabajar el Gobierno para habilitar los créditos necesarios para poner en marcha la infraestructura necesaria en una cita de estas características.
En la actualidad, unas 1500 personas están trabajando en las instalaciones del Ifema en el montaje de la 25 Conferencia de las Partes del Convenio de Cambio Climático de la ONU (COP25).
Además, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica, unas 300 personas serán contratadas por Ifema para dar soporte directo a la organización de la ONU, y unos 2000 voluntarios trabajarán a diario durante los días que dure la cumbre.
A la cita está prevista la asistencia de unas 25 000 personas, además de 1500 periodistas, y en total la cumbre ocupará siete pabellones de Ifema que ocupan unos 100 000 metros cuadrados, y otros 13 000 metros cuadrados de salas de reuniones, despachos y centros de convenciones.