En declaraciones en la COPE, Escrivá ha apuntado que en otros programas en los que no han existido estos incentivos a la búsqueda de empleo «puede haber tentación a agotar la prestación y no activarse en el mercado de trabajo».
Esta prestación, que complementará otras ayudas o ingresos del hogar hasta un umbral mínimo de subsistencia, va a tener esos incentivos de forma que «durante un tiempo» será compatible con un nuevo salario, además de incluir itinerarios de inclusión en el mercado de trabajo o previos a este, por ejemplo, en casos de problemas de drogadicción o mentales.
Para ello, ha subrayado, se trabajará de forma estrecha con los servicios sociales de Ayuntamientos u organizaciones como Cáritas más conocedoras de las realidades de estos hogares, unos 3 millones, a los que podría llegar la renta que busca combatir los problemas de extrema pobreza que tiene España.
Sobre el coste de la medida, Escrivá ha evitado cuantificarlo aunque ha reconocido que estará en el «rango más alto» de sus previsiones y que se financiará con impuestos vía Presupuestos Generales del Estado.
«Se financiara fácilmente con deuda pública», ha defendido.
Y sobre los plazos de puesta en marcha y las diferencias con el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha subrayado que el calendario que se va a seguir es el que «siempre ha tenido la Seguridad Social en la cabeza»: llevar la normativa al Consejo de Ministros en la segunda quincena de mayo para su posterior convalidación y despliegue administrativo.
Y que la renta será, también como ha defendido Escrivá, permanente.
Ha reconocido que se estuvieron discutiendo «temas de calendario» y de la forma de comunicar la renta mínima, que la rueda de prensa era «muy difícil» por temas de agenda de ambos y que la decisión de que fuera un comunicado la tomó el Ministerio de Seguridad Social.
«Yo creo que lo que ha dicho (Iglesias) es consistente con lo que he dicho yo», ha señalado.
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