domingo, noviembre 24, 2024
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Sánchez acelera la apertura de fronteras y dedica 3.750 millones a automoción

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En rueda de prensa tras última videoconferencia del estado de alarma (la próxima será presencial ya en el mes de julio), ya en la recta final de la desescalada, Sánchez ha apelado a la unidad para la «reconstrucción» de España y ha pedido a todos los partidos que actúen «con patriotismo» y apoyen el plan económico de la Comisión Europea.

Sánchez ha querido dejar claro que la sociedad y la economía española «se pone en pie» tanto por la apertura de fronteras y la desaparición desde el día 21 de la obligación de cuarentena para los viajeros de los países del espacio Schengen -22 de ellos de la UE- como por un plan de impulso al turismo que se dará a conocer este jueves.

Uno de los anuncios estrella tras esta videoconferencia ha sido la apertura de fronteras de los 26 países que conforman el espacio Schengen (22 de ellos de la UE) ya que supone un cambio frente al propósito inicial de mantener las fronteras cerradas hasta el 1 de julio, opción que sí ha elegido Portugal.

Ese día, según ha avanzado Sánchez, se celebrará un «emotivo» acto en la frontera de Portugal al que acudirá él mismo, junto al rey Felipe VI y el primer ministro y el presidente del país vecino.

El otro anuncio relevante es el plan de ayuda al sector de la automoción, en un momento en el que el sector atraviesa una situación muy difícil con el cierre de las instalaciones de Nissan en Barcelona.

Esta partida (3.750 millones) se destinará a la renovación del parque de vehículos para avanzar en la transición ecológica.

El plan se presentará mañana lunes tras un encuentro que Sánchez mantendrá con representantes del sector del automóvil.

Del plan de apoyo al turismo, un sector «prioritario» para el Gobierno, Sánchez sólo ha desvelado que contribuirá a afianzar los territorios en riesgo de despoblación y mejorará las condiciones de empleo reduciendo la precariedad.

El plan se ha diseñado con los responsables del sector y cuenta con la coordinación de las comunidades autónomas.

Además de esta parte más económica, en la que Sánchez ha instado a todas las fuerzas parlamentarias a poner de su lado para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, la comparecencia ha dejado espacio a la educación y a la necesidad de garantizar la «necesaria e imprescindible» vuelta a las clases a partir de septiembre de forma «segura y saludable».

Sánchez ha reconocido la «dificultad» de adaptar los centros educativos a la situación que deja la pandemia de coronavirus, pero ha asegurado que el regreso a las aulas se hará en un entorno seguro.

De momento, el Ejecutivo central ha hecho una parte a través de los ministerios de Sanidad y de Educación, y ha elaborado un documento marco con recomendaciones a las comunidades, que son las que ostentan las competencias en esta materia.

Así, ha explicado que en Educación Infantil y hasta cuarto de Primaria se establecerán grupos estables de alumnado de 15 alumnos, aunque podrían llegar hasta 20; para el resto de los cursos, los espacios se reorganizarán de forma que haya una distancia de un metro y medio entre los estudiantes.

La mascarilla será obligatoria a partir de quinto curso de Primaria, mientras que el alumnado de los cuatro cursos anteriores deberá llevarla cuando no esté con su «grupo estable de convivencia». En Educación Infantil no será obligatoria la mascarilla.

También ha hecho referencia a las residencias de mayores, tan castigadas por la crisis, y aquí ha expresado su «compromiso absoluto» con las residencias geriátricas: «Hemos enviado hasta al Ejército» para desinfectar estos centros.

«Desde el 18 de marzo hasta el 17 de mayo, el Gobierno ha enviado al Ejército a realizar 5.200 actuaciones en el marco de la operación Balmis», ha dicho durante la rueda de prensa.

Sobre este asunto sí ha hecho una velada crítica a la Comunidad de Madrid -sin mencionarla- y ha recordado que la gestión de las residencias está en manos de las autonomías y por ende, ha dicho, «habrá que sacar algunas conclusiones».

Durante su comparecencia y pese a poner en valor cómo se ha doblegado la curva de contagios, Sánchez también ha dejado claro que el riesgo no ha desaparecido. «Una segunda ola, nos dicen todos los expertos, es posible. Un riesgo cierto que debemos evitarlo a toda costa porque nos llevaría al muro».

En la rueda de prensa y a preguntas de los medios, Sánchez ha hecho autocrítica y ha reconocido que su momento más difícil fue aprobar el estado de alarma y suspender derechos tan fundamentales como la libertad de movimiento o de reunión.

Y sobre qué habría hecho distinto, Sánchez ha admitido que se habría aprovisionado mucho antes de los EPI para los profesionales sanitarios, de los respiradores para las UCI y habría reorientado con más tiempo la fabricación para el autoabastecimiento.

Pese a esas autocríticas, se ha concedido un respiro y ha concluido su intervención aludiendo a un proverbio oriental que sostiene que «cuando soplan vientos fuertes, algunas personas se dedican a construir muros, mientras que otras construyen molinos».

«Nadie esperaba este vendaval. Pero ha llegado y nos ha sacudido a todos, como ha golpeado a todo el mundo. Y sólo hay dos respuestas posibles: o ser muro o ser molino. División o transformación».

 

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