viernes, noviembre 22, 2024
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El turismo busca despertar con la nueva normalidad y la apertura de fronteras

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La «nueva normalidad» llega después de casi 100 días en los que la economía española ha pasado de estar totalmente parada a ir recuperando poco a poco la actividad en algunos sectores, aunque el turismo ha tenido que esperar hasta ahora para su reactivación.

La crisis del coronavirus ha tenido un impacto sin precedentes en el sector, que representaba más del 12 % del PIB español en 2019, cuando el país recibió 83,7 millones de turistas, y aunque está claro que las cifras de este año serán mucho menores, la temporada de verano no se puede dar aún por perdida.

El consejero delegado de la empresa de gestión de reservas turísticas Amadeus, Luis Maroto, mostró recientemente su confianza en que el sector se recuperará porque la gente «anhela viajar»; pero ese deseo no se podía cumplir hasta que llegara la «nueva normalidad».

La libertad de movimientos por prácticamente toda España, sin que haya limitaciones a los desplazamientos entre provincias y comunidades autónomas, abre para empezar la puerta a la recuperación del turismo interior y la reactivación de muchos negocios de hostelería y servicios que dependen de la afluencia de visitantes.

APERTURA DE FRONTERAS

Sin embargo, más allá del turismo interior, el sector coincide en que la clave está en la reapertura de las fronteras con la Unión Europea y el resto de miembros del espacio Schengen, que supuso la supresión de los controles de pasajeros de esos países.

Y es aquí donde se abre la esperanza a la recuperación del turismo español, aunque los datos de tráfico aéreo sigan siendo simbólicos si se comparan con las mismas cifras de hace un año por estas mismas fechas.

Según fuentes de AENA, el gestor de los aeropuertos españoles, España recibió este lunes, igual que el pasado domingo, otros 100 vuelos procedentes de la Unión Europea y el espacio Schengen, de un total de 350 llegadas. Sin embargo, hace un año eran unas 3.000.

De ese centenar de vuelos internacionales, 27 arribaron al aeropuerto de Barcelona-El Prat, 21 al de Madrid Barajas, 16 al de Mallorca y 12 al de Málaga-Costa del Sol.

A todos ellos se les toma la temperatura a su llegada a la terminal del aeropuerto, aunque en muchos casos al tratarse de pasajeros de la Unión Europea y el espacio Schengen se hace de forma automática a medida que el pasajero avanza en su recorrido por la terminal, sin necesidad de que se use un termómetro.

Además, cualquier persona que aterrice en estos momentos en un aeropuerto español tiene que entregar una ficha conocida por su sigla PLC (Passenger Locator Card) que incluye información sobre su número de vuelo y asiento ocupado.

Ese documento, que suelen entregar las aerolíneas a bordo del propio avión, compromete a quien lo rellena a informar a las autoridades si presenta síntomas de la COVID-19 en las dos semanas siguientes a su llegada a España.

Aún así, fuentes próximas a las aerolíneas reconocen que las cifras de vuelos y pasajeros siguen siendo muy modestas para que se empiece a notar la recuperación del sector, si bien confían en un paulatino incremento, especialmente a partir del próximo viernes.

Sólo de este modo muchas ramas de actividad en el sector, que siguen estando en mínimos, con situaciones muy delicadas en las aerolíneas, los cruceros, los mayoristas, las agencias de viajes y hoteles, así como bares y restaurantes, podrán reactivarse.

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