Así lo ha señalado la ministra a los periodistas tras reunirse en el Palacio de Navarra con la presidenta de la Comunidad foral, María Chivite, donde ha reconocido que el anuncio del cierre de la planta navarra de palas eólicas con 239 personas en su plantilla «nos conmueve a todos».
La también vicepresidenta cuarta indicó que, sin negar razones de mercado para este cierre, la multinacional «debe poder ayudarnos a imaginar qué tipo de producción industrial alternativa -si es que considera que esas palas tienen poco recorrido-, puede llegar a ser viable» en Aoiz, con trabajadores «bien preparados y comprometidos».
Ribera se ha mostrado prudente a la hora de definir nuevos proyectos, dado que primero habrá que escuchar a todas las partes implicadas «para entender de qué modo podemos encontrar soluciones alternativas y acompañar ese esfuerzo».
Al respecto, ha reconocido que el sector eólico es enormemente competitivo y una de las fuentes tecnológicas más demandada a nivel mundial, aunque ha evolucionado desde rotores, palas y aerogeneradores de pequeño tamaño a piezas «mucho más grandes, que son capaces de generar mucha más electricidad y por tanto mucho más competitivos».
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