El próximo Consejo de Ministros analizará el anteproyecto de ley de Formación Profesional, que ya pasó su primera lectura en junio, cuya memoria económica se dotará de unos 5.000 millones de euros y que pretende abrir una puerta al empleo de calidad, sobre todo de los más jóvenes.
Las matrículas estimadas por el Ministerio de Educación en este tramo de enseñanza para el curso a punto de comenzar -la mayoría de las comunidades autónomas estrenan año escolar entre los días 6 y 10 de septiembre-, superarán por primera vez el millón (1.015.000.).
Aun así, la tasa de jóvenes matriculados en enseñanzas de FP en España es del 12 % frente al 29 % de la Unión Europea.
Entre los objetivos del anteproyecto, que se prevé aprobar a finales de año, figura revertir las bajas cifras de profesionales con cualificación media y baja en España, que hoy se sitúan en un 25 % y un 35 % de la población activa, respectivamente, pese a que en 2025 la mitad de los trabajadores necesitarán de una capacitación intermedia, según las proyecciones internacionales.
En el curso 2020-2021, la FP registró la mayor subida de todas las enseñanzas, un 9,3 % más sobre el año anterior (82.940), que es a su vez el mayor aumento anual en una década en esta etapa educativa, mientras que para el año académico que ahora arranca se prevén 40.000 estudiantes más.
La nueva ley de FP pretende modernizar el sistema, actualizará hasta el 80 % de las cualificaciones profesionales existentes y quiere doblar el número de trabajadores formados en España, donde la mitad de su población activa (11 millones) no puede acreditar sus competencias profesionales, una de las peores tasas de Europa.
Creará también un nuevo cuerpo de profesores especialistas en sectores singulares de la Formación Profesional que garantizará la permanencia de los docentes cuya «extinción» fija la última reforma educativa (Lomloe) al carecer de título universitario y que los sindicatos cifran en unos 20.000.
La futura norma establece un sistema gradual y acumulable que abarca desde microformaciones (de entre 30 y 50 horas) hasta cursos de especialización (Máster Profesional), incorpora el bilingüismo y fija un sistema de «puertas abiertas» entre los centros de formación y las universidades.
La oferta se divide en distintos grados: A (Acreditación parcial de competencias), B (Certificado de Competencia Profesional), C (Certificado Profesional), D (Ciclos Formativos Básico, Medio y Superior) y E (Cursos de especialización). Los Grados C, D y E tendrán carácter dual (formación en las empresas además de pasar por el centro de enseñanza).
Por otro lado busca agilizar el sistema de acreditación de competencias profesionales adquiridas mediante la experiencia laboral y vías no formales de formación sin necesidad de convocatorias puntuales.
Educación prevé acreditar a más de tres millones de trabajadores en cuatro años, de los cuales 450.000 se comenzarán a tramitar este año.
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