La escalada de los precios de la electricidad podría ralentizar el crecimiento económico, advierten los expertos, que defienden que la recuperación está garantizada porque se asienta en bases sólidas.
La economista senior de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) María Jesús Fernández cree que el encarecimiento de la electricidad va a tener un «impacto significativo» en la economía, lo que no paralizará la recuperación, pero «podría ralentizarla», sobre todo si la inflación se mantiene por encima del 3 % de manera prolongada.
La subida de la electricidad «no es algo transitorio», advierte, ya que todo apunta a que incluso aunque se abandonen los actuales máximos históricos «no vamos a volver a los precios anteriores».
Esto supondrá, en primer lugar, una reducción de la capacidad de compra de los consumidores y, en segundo, una disminución de los márgenes empresariales, ya que no se podrá trasladar la totalidad de los costes a los clientes, con la consiguiente caída de la inversión.
A esto añade el impacto en las cuentas públicas, que aunque en un primer lugar se beneficiarán de mayores ingresos, a la larga padecerán las consecuencias de la reducción del consumo total y la previsible subida de las pensiones y los salarios públicos.
Más optimista se muestra Camilo Ulloa, de BBVA Research, quien cree que en el escenario más probable la subida de los precios de la electricidad «no truncará la recuperación», aunque admite que «puede restar alguna décima al crecimiento al cierre del año».
La recuperación, explica, se sustenta en bases sólidas, con un crecimiento de la demanda fuerte -que parte de niveles muy bajos- e «ingentes» medidas de política fiscal y monetaria. Así, a pesar de la elevada inflación, la economía se mantiene al alza, como prueban los buenos datos de empleo de agosto.
Ulloa añade que parte de la inflación en la electricidad es temporal, ya que está ligada a los costes de los derechos de emisión de CO2 que, probablemente, tenderán a reducirse a medida que la economía se descarbonice.
Además, al menos de momento, la inflación general se ve amortiguada porque los productores están asumiendo buena parte del aumento de costes energéticos.
Así lo demuestra la «contenida» inflación subyacente tanto en España como en Europa, que para Ulloa es el dato más importante dado que sería el que podría llevar al Banco Central Europeo a revisar la política monetaria.
En ese mismo sentido, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguraba esta semana que la inflación «no aporta datos realmente alarmantes», ya que la inflación subyacente no parece que vaya «a lastrar la recuperación económica».
Fuentes de la patronal CEOE muestran, en cambio, su preocupación por la escalada de los precios de suministros y materias primas, «difícilmente trasladable a los precios finales en la situación actual», lo que deteriora los márgenes de las empresas.
Precisamente la estabilización de los costes empresariales es, para el director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo, una de las claves para consolidar la recuperación económica, con la consiguiente reactivación de la actividad y el empleo.
En cualquier caso, Izquierdo resta importancia al repunte de la inflación, que a su juicio es consecuencia del aumento de la demanda debido a la normalización de la actividad, y prevé que los precios se moderen «significativamente» a lo largo del próximo año.
INFLACIÓN IMPULSADA POR LA ELECTRICIDAD
El índice de precios de consumo (IPC) anotó en agosto su máximo desde 2012, un 3,3 % interanual, un dato que impulsa la escalada de los últimos meses -2,7 % en mayo y junio, y 2,9 % en julio- y que responde al encarecimiento de la electricidad.
El precio de la electricidad ha subido en los últimos meses en el mercado mayorista hasta cerrar agosto como el mes más caro de la historia, lo que se ha traducido en un encarecimiento de la factura de alrededor del 33 % para un consumidor medio.
En septiembre, la tendencia alcista se ha mantenido, con dos nuevos máximos históricos, lo que apunta a que la inflación energética continuará elevada.
Sin embargo, por el momento, la inflación subyacente -que no tiene en cuenta los elementos no elaborados ni los productos energéticos- continúa moderada, en el 0,7 % interanual de acuerdo al avance de agosto.
Estrella Digital