La falta de intermediación y la precariedad de las ofertas son algunas de las razones que explican la imposibilidad de cubrir vacantes de empleo en un contexto pospandemia en el que aún quedan 200.000 trabajadores acogidos a un ERTE, casi la mitad en hostelería y restauración.
El director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas, Raymond Torres, apunta a una intermediación «defectuosa» como la principal razón que explica esta situación, según señala a EFE.
«Sencillamente no casa la oferta con la demanda. Es un problema que arrastramos desde hace decenios», explica Torres, que propone, por ejemplo, que se mantenga el cobro de la prestación por desempleo durante un tiempo para aquellos trabajadores que acepten un puesto lejos de su ciudad de residencia habitual.
«La mayoría de los contratos que se ofrecen son cortos y es muy difícil convencer a un parado de que deje completamente su derecho a prestación y se mude a otro lugar con un contrato de tres meses», destaca.
Según Torres, hay estudios que demuestran que esta propuesta «es barata para el erario público» porque, aunque a corto plazo supone un coste, a largo plazo «crece el empleo y el tamaño de la economía y poco a poco va desapareciendo el paro».
De acuerdo con la séptima edición del Observatorio sobre el Ciclo Económico de España, elaborado por BBVA Research, Fedea y la Fundación Rafael del Pino, se ha producido un empeoramiento en la capacidad de la economía española para emparejar vacantes con desempleo.
El estudio recientemente publicado sitúa las vacantes no cubiertas en el 0,48 % del total en el segundo trimestre del año, lo que supone superar el nivel previo a la pandemia (0,46 % en 2019), pero con una tasa de desempleo algo más alta.
Esta situación podría empeorar si gran parte de los trabajadores que todavía están en un ERTE terminan perdiendo definitivamente sus trabajos, lo que agravaría los «estrangulamientos» que han empezado a aflorar a nivel sectorial por el lado de la oferta.
La última encuesta de coste laboral del Instituto Nacional de Estadística (INE) cifra en 119.212 las vacantes sin cubrir en el segundo trimestre, el 88,6 % de ellas en el sector servicios.
Dentro de este sector, el mayor número de vacantes se produce en la Administración pública (37.048), el comercio (12.692), las actividades sanitarias (9.292) y en la hostelería (8.170), y con más frecuencia en empresas pequeñas de entre 1 y 49 trabajadores.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, negó hace unos días en el Senado que estas cifras supongan un descuadre entre oferta y demanda en el mercado de trabajo y dijo que únicamente se puede considerar que hay un problema en el sector agrario porque el empleo suele ser precario.
LA HOSTELERÍA ASEGURA QUE EL PROBLEMA ES REAL
Sin embargo, la patronal de los hosteleros está en desacuerdo y el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego, asegura a EFE que han planteado a la propia ministra las dificultades para cubrir puestos en el sector y que han solicitado incentivos que favorezcan la movilidad geográfica.
«Debería desarrollarse un plan de cooperación entre los 17 sistemas de empleo autonómicos, analizando dónde están las bolsas de desempleados y dónde están los yacimientos de empleo, casando esos territorios y estableciendo ayudas al establecimiento de vivienda en los territorios de llegada», defiende Gallego.
Para la patronal, entre las razones que explican la situación está el trasvase de trabajadores a otros sectores «por la incertidumbre que se ha generado en torno al empleo en este sector» durante la pandemia y la falta de formación profesional específica.
El responsable federal de Hostelería, Restauración Social y Turismo de UGT Fesmc, Omar Francisco Rodríguez, reconoce que la covid-19 ha perjudicado la llegada de mano de obra de temporada a la hostelería, pero considera que el problema principal del sector son unas «malas condiciones» que van más allá de los salarios.
Para el economista investigador de EsadeEcPol Carlos Victoria, tanto las condiciones de trabajo como la reasignación sectorial causada por la pandemia influyen a la hora de cubrir vacantes, sobre todo para los empleos que requieren una menor formación.
Victoria advierte de que la situación podría agravarse en el caso de perfiles más cualificados que se demandarán en los próximos años para atender a las prioridades fijadas para la obtención de fondos europeos para la recuperación, que son la transición ecológica y la digitalización.
La Confederación Nacional de la Construcción ha dado la voz de alarma en este sentido, ya que considera que para los proyectos asociados a los fondos de la UE se requerirán al menos 700.000 nuevos trabajadores especializados a corto y medio plazo en un sector que actualmente emplea a 1,3 millones.
El sector del transporte por carretera también avisa de que faltan conductores profesionales, pero sobre todo de que en cinco años no habrá reposición de los trabajadores que se jubilen, ante la falta de gente joven en la profesión.
Anna Bornsy