Durante su intervención en el Foro Nueva Economía, Roldán ha recordado que se trata de un problema «estructural» que afecta a todos los sectores, no solo a la banca, y ha pedido una reflexión generalizada sobre las mejores formas de ayudar a los mayores y a quienes, sin serlo, no tienen acceso a los canales digitales.
En ese sentido, ha explicado que «en las próximas horas», las patronales que representan a las entidades financieras (AEB, CECA y UNACC) van a presentar ante el Gobierno una actualización del protocolo de actuación que ya tenían previsto desde el pasado verano, del que no quiso dar detalles.
El problema que se ha puesto de manifiesto con iniciativas como «Soy mayor, no idiota» del médico jubilado Carlos San Juan, que ha logrado recoger más de 600.000 firmas, «es real», es «complejo»: Es algo «distinto del que teníamos identificado», pero «lo vamos a solucionar».
«Le agradecemos (a San Juan) que nos haya hecho ver que el problema era más complejo y más permanente del que teníamos identificado» y que hay que tomar medidas de choque, que se pongan en marcha con la mayor brevedad, pero también otras medidas «de largo plazo».
«Se trata de un problema transversal y es un desafío muy importante», ha dicho Roldán, que ha recordado que las dificultades de los ciudadanos con los canales digitales no se limitan a los bancos, sino que también ocurren en sus relaciones con las administraciones públicas o con los proveedores de servicios como la telefonía, luz, agua o gas.
«Al menos en la banca hay un lugar al que ir», ha dicho en referencia a las sucursales, que si bien es cierto que muchas han cerrado, siguen siendo «numerosas» en comparación con los países de nuestro entorno.
La exclusión financiera es un problema de «acceso al efectivo», y también de «formación» de la población, ha dicho Roldán, que ha recordado que la AEB tiene programas de educación financiera desde hace tres años.
Pero también es importante garantizar a los mayores el acceso a otros canales para que estén bien atendidos.
Pese a todo, ha dicho, «el futuro es digital y es un buen futuro», y ha insistido en que la economía se va a transformar en torno a dos ejes: la digitalización y la sostenibilidad.
En cuanto a su salida de la presidencia de la AEB después de ocho años de mandato, prevista para el próximo mes de abril, Roldán ha asegurado que espera trabajar aún muchos años (tiene 58), aunque no tiene «ni idea» de lo que hará, por lo que dejará que la vida le sorprenda. EFE
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