Los consumidores con tarifa regulada o PVPC asumirán el coste de topar el precio del gas en el mercado eléctrico. Ese tope supone una minoración de los ingresos de las eléctricas, pero también acarrea un coste, que conllevará compensar a las eléctricas que no cobrarán la energía que generan a precio de mercado.
El sistema ideado por los gobiernos español y portugués (la excepción ibérica), que de momento tiene el visto bueno preliminar del Ejecutivo europeo, fijará un límite en el coste del gas que alimenta las centrales térmicas para así forzar una reducción generalizada en el precio de la luz. Ese tope será, inicialmente, de 40 euros por megavatio hora (MWh) para ir subiendo gradualmente hasta una media de 48,8 euros en los doce meses que dure esta medida.
El mecanismo aprobado por el Gobierno contempla, por tanto, que se genere una especie de derrama en las facturas de los consumidores acogidos a la tarifa regulada, tanto los actuales como los que se vayan incorporando a lo largo de los próximos meses, hasta el mayo de 2024 que permanecerá el mecanismo de limitación.
Los consumidores verán reducida su tarifa en aproximadamente un 30%. La medida supondrá una mejora inmediata para un 37% de los consumidores domésticos y para el 70% para los industriales. De los 210 euros/MWh que se ha pagado últimamente de factura final, el objetivo es dejarla en el entorno de los 130 euros/MWh de promedio durante los próximos doce meses. El ahorro se podrá notar íntegramente en la factura de junio.
El Gobierno incluye esta medida, sin precedentes en Europa, en un decreto que este sábado se publicará en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Habrá también una disposición para que las eléctricas aporten información de los contratos y conocer así el precio real que pagan los consumidores españoles.