Los economistas vaticinaron que Reino Unido entraría en recesión antes de finalizar 2022, pero la economía resistió y los datos fueron algo mejor de los esperados. El PIB del país se mantuvo congelado durante el último trimestre del año pasado, pero el riesgo sigue estando ahí.
La Oficina Nacional de Estadística (ONS) ha definido a la economía británica como “el enfermo de Europa”, porque a la inestabilidad internacional hay que sumarle los efectos negativos del Brexit, que todavía se siguen notando.
La inestabilidad política que ha vivido el país en los últimos meses, también ha influido en la pérdida de confianza por parte de los inversores y los consumidores. Si se le suma la oleada de huelgas que se está viviendo en el sector público, la recesión no se percibe como una posibilidad tan lejana.
La evolución del PIB en Reino Unido en 2022
Los datos de la ONS destacan que el PIB británico creció un 4% el año pasado, frente al 7,6% de crecimiento que experimentó en 2021.
Durante el tercer trimestre, el PIB cayó el 0,3%, por lo que un nuevo descenso en los meses de octubre a diciembre hubiera supuesto la entrada del país en recesión. La economía se contrajo de forma brusca durante el último trimestre de 2022, pero el resultado final de este período fue un crecimiento plano, lo que ha evitado esa recesión.
Por sectores, el de servicios acabó el año sin crecimiento. El sector industrial bajó un 0,2% y el de la construcción repuntó un poco hasta el 0,3%.
Circunstancias excepcionales salvaron la economía británica a finales de 2022
El Banco de Inglaterra previó que Reino Unido finalizaría el último trimestre de 2022 con un descenso del PIB del 0,1% y la entrada de la economía en recesión técnica.
El dato final de 2022 no ha sido así. La economía se ha estancado con un crecimiento del PIB igual al 0%, pero esto se ha debido más a cuestiones anecdóticas que a las medidas aplicadas desde el Gobierno.
Los días libres concedidos a la población tras el fallecimiento de Isabel II, y la celebración del Mundial de fútbol, aumentaron el consumo en bares y restaurantes entre finales de noviembre y principios de diciembre, haciendo que el declive económico fuera menor al esperado. El sector servicios no obtuvo datos positivos, pero estas circunstancias paliaron las bajadas experimentadas con anterioridad.
Las expectativas no son buenas
Reino Unido no ha conseguido alcanzar los niveles de crecimiento que tenía antes de la pandemia, y esto lo convierte en el país del G-7 con peores expectativas económicas a medio plazo.
En comparación con el último trimestre de 2019, Estados Unidos ha aumentando su producción un 5,1%, y los países de la eurozona un 2,4%. Mientras tanto, Reino Unido sigue un 0,8% por debajo.
El Gobierno conservador ha restado valor a las previsiones del G-7, destacando que la economía británica fue la que más creció el año pasado dentro de los Estados que conforman esta entidad y que, contra todo pronóstico, ha esquivado la recesión.
No obstante, Jeremy Hunt, ministro británico de Economía, también ha señalado que el país no hay salido del peligro, especialmente en lo referido a la inflación.
Suben los tipos de interés
Inglaterra tiene una inflación del 10,5%, y espera poder reducir este dato para mitad de año. Para lograrlo, el Banco de Inglaterra ha optado por subir los tipos de interés hasta un 4%, la cifra más alta desde hace catorce años.
La deuda pública británica acabó 2022 con un total de 2,84 billones de euros, lo que equivale al 99,5% del PIB del país.