El subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, se mostró este viernes partidario de que la nueva normativa permita a las cajas de ahorro optar por el modelo que más les interese para facilitar la captación de recursos, lo que les abriría la puerta para elegir su propia naturaleza jurídica. La flexibilidad es uno de los ejes de la propuesta de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) para reformar la Ley estatal de Órganos Rectores de Cajas de Ahorros (LORCA) y que -según Aríztegui-, comparten tanto el Banco de España como el sector financiero.
Por esta razón, aventuró que dicha cuestión se incluirá previsiblemente en el texto de la reforma de la ley, que tendrá que ser aprobado por el Parlamento.
Durante un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), explicó que algunas cajas optarán por «aproximarse al modelo bancario, mientras que otras «probablemente decidirán centrarse en un ámbito geográfico más ceñido y continuar utilizando el modelo más clásico».
En el término medio, añadió, estaría la posibilidad de emitir cuotas participativas (títulos similares a las acciones con los que las cajas pueden captar capital en el mercado) con derecho a voto.
La propuesta aprobada este viernes por el consejo de la CECA surge al hilo del compromiso alcanzado a principios de mayo por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, para impulsar en un plazo de tres meses la reforma de la LORCA.
La CECA, aunque apuesta por la flexibilidad, incide en la necesidad de preservar el actual modelo de las cajas, que se caracteriza por elementos como la obra social, la denominación «caja de ahorros» o la composición plural de los órganos de gobierno.
Dentro del modelo tradicional de las cajas, la patronal propone que se puedan emitir cuotas participativas que computen como activos de máxima calidad en sus balances y que estén sujetas a un dividendo en función del beneficio.
Para el subgobernador del Banco de España, la imposibilidad de las cajas de poder emitir títulos, además de reducir sus posibilidades de reforzar sus recursos propios, limita la capacidad del mercado para «disciplinarlas».
Sobre la reforma de la LORCA, se mostró a favor de que sea rápida y «no se estanque durante meses, porque conviene ofrecer «un horizonte nuevo al sistema bancario».
Destacó la buena salud del sistema financiero y que la mayoría de las entidades están «haciendo sus deberes, por lo que confía en que los mercados reconozcan la óptima situación de la banca española.
No obstante, Aríztegui admitió que, si la tensión actual se eterniza, los bancos españoles tendrían dificultades para financiar su deuda, si bien dijo que «no hay que ponerse nervioso, porque los mercados financieros «nunca desaparecen para siempre».
Aunque subrayó que los desajustes en los mercados de deuda afectan por igual a todos los sistemas bancarios europeos, reconoció que sufren más aquellos que son receptores netos de financiación -como el español-, y que pueden llegar a tener problemas para devolver los fondos captados.
Por el contrario, los sistemas que son básicamente prestamistas lo único que pierden es rentabilidad al dinero prestado.
Ante esta situación, Aríztegui espera que la publicación en las próximas semana de las pruebas de estrés para medir la solvencia de los bancos trasmita confianza a los inversores.