El subgobernador del Banco de España, Javier Aríztegui, ha anunciado que el organismo espera publicar las pruebas de estrés realizadas a las entidades españolas «en las próximas semanas». Aríztegui consideró que la gran mayoría de entidades «están haciendo los deberes» respondiendo a las dificultades y adoptando medidas que «van en la dirección correcta, como incrementar la base de depósitos minoristas, racionalizar costes de estructura y reforzar la base de capital.
Durante la celebración de un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica, el subgobernador indicó que aún así, el sector debe terminar de absorber desequilibrios estructurales en la difícil coyuntura, la dependencia de los mercados mayoristas, la excesiva inversión en el sector inmobiliario y el excedente de capacidad instalada.
Aríztegui también aseguró que «cabe aventurar» que, dentro de la nueva normativa que se ha de desarrollar, las cajas de ahorros españolas podrán elegir su propio modelo para disponer de instrumentos que faciliten su capitalización. Por ello, añadió, la nueva ley de cajas «buscará la opcionalidad en el proceso, tal y como ha puesto de manifiesto el sector a las autoridades, mediante la Confederación Española de Cajas de Ahorros.
Sin embargo, señaló que será en el Parlamento donde se decida la próxima reforma de la Ley estatal de Órganos Rectores de Cajas de Ahorros (LORCA). En este sentido aseguró que para algunas cajas, «su opción discurrirá por aproximarse al modelo bancario. Para otras, pasará por la emisión de instrumentos de capital con derecho a voto. Otro grupo probablemente decidirá centrarse en un ámbito geográfico más ceñido y continuar utilizando el modelo más clásico».
Pero en definitiva, dijo, «las cajas deben poder disponer de instrumentos que faciliten su capitalización, y «en función de su tipo de negocio, deben estar plenamente sometidas a la disciplina de mercado».
Sobre la futura ley dijo que el Banco de España está a favor de que se haga una regulación rápida de la LORCA y que «no se estanque durante meses, porque conviene ofrecer «un horizonte nuevo al sistema bancario».
Por otra parte, rehusó pronunciarse sobre si la norma implicará cambios en la naturaleza política de las cajas, al ser «futuribles que todavía no se han planteado».
Según el subgobernador del Banco de España, la imposibilidad de las cajas de poder emitir capital,» no sólo reduce sus posibilidades reforzar sus recursos propios, si no que además, limita la capacidad del mercado para «disciplinarlas».
Así, la nueva normativa, en la medida en la que posibilite la emisión de las cajas de instrumentos de capital de la máxima calidad con derechos de voto, «supone un avance muy importante para solventar esta deficiencia».
Aríztegui también destacó sobre el sistema de reestructuración del sistema financiero que el 80% de las cajas de ahorros está afrontando diversos procesos de integración, lo que supone el 90% de los activos del sector. Añadió que este proceso de reforma implicará una reducción en el número de entidades y en particular, de las cajas.
Como referencia añadió que en los casos en los que los procesos de fusión se realizan mediante uniones que han demandado ayuda del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tendrá una reducción media del número de oficinas entre el 20 y el 25%, en los servicios centrales entre el 18 y el 20% y en el número de empleados entre el 15 y el 18%.
El subgobernador matizó que estos porcentajes corresponden a los procesos de fusión aprobados ya, mientras que para los que están en proceso de análisis, todavía no se ha decidido que reducción de capacidad se les va a demandar.
También destacó que el sistema financiero español está en su conjunto «sano, y además indicó que la mayoría de las entidades españolas «están haciendo sus deberes, es decir, «están respondiendo a las dificultades presentes tomando medidas que van en la dirección correcta».
Por su parte, el miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, José Manuel González Páramo, afirmó que los test de solvencia a los bancos son necesarios porque «van a añadir información allí donde ahora mismo todo es rumor y, por tanto, contagio».
González-Páramo, que ha ofrecido en Málaga una conferencia sobre la política de apoyo al crédito, ha manifestado a los periodistas que ha habido instituciones «muy solventes» que han tenido que pagar en los mercados «primas de financiación enormes por el hecho de llevar el nombre de un país del Sur de Europa».
Preguntado si los test pueden destapar sorpresas, ha asegurado que estas pruebas «sólo pueden dar confianza porque suministran información, y ha precisado que el BCE tendrá una participación en su coordinación, pero su publicación compete a los gobiernos de los países.
En cuanto a la necesidad de que se publique un test para cada institución, el experto ha opinado que se debe «matizar a nivel de cada país, lo que ha justificado en las diferencias que existen en el sector bancario.