El banco francés Société Générale reclamó este miércoles a su antiguo operador de mercados Jérôme Kerviel los 4.900 millones de euros que le responsabilizan de haber perdido con operaciones fraudulentas a comienzos del 2008. Société Générale, que está constituida en acusación particular en el juicio contra Kerviel ante el Tribunal Correccional de París, justificó la reclamación de esta cantidad para que se entienda su posición, aunque reconoció que no esperaba recibir ese dinero.
Jean Veil, uno de los abogados del banco, insistió en que esos 4.900 millones no constituyen más que «una parte» del perjuicio sufrido por la entidad con las operaciones que según la versión de Kerviel camuflaba a su jerarquía en la sala de mercados, ya que podrían haber exigido también intereses y «reparación por el perjuicio moral».
Los cargos que pesan sobre el acusado podrían suponer una condena de hasta cinco años de cárcel y 375.000 euros por daños y perjuicios.
Kerviel, que tiene 33 años y pasó un mes en prisión después de que a comienzos de 2008 se destapara el escándalo que puso en cuestión la solvencia y la credibilidad de Société Générale, ha defendido desde el inicio del proceso el pasado día 8 que sus responsables en la sala de mercados del banco estaban al corriente de sus procedimientos para encubrir operaciones.
Sin embargo, tanto Veil como François Martineau, otro de los letrados de Société Générale, insistieron el miércoles en que esa versión es «totalmente inverosímil».
Martineau se refirió en particular a lo que él consideró incongruencias en la posición de Kerviel, como que le habían permitido camuflar sus posiciones mientras ganaba dinero para la entidad y sólo lo detuvieron cuando se puso a perder.
El que era presidente del banco cuando saltó el escándalo, Daniel Bouton, subrayó el martes ante el tribunal que el descubrimiento de la colosal pérdida fue «una catástrofe» porque se puso en evidencia que el fraude había partido de uno de sus propios empleados.
Kerviel, dijo Bouton, «tenía una capacidad de mentir y de disimular insospechada» y la dimensión de las pérdidas sólo se conocieron cuando se deshicieron de las operaciones «disimuladas, en las que se habían arriesgado 50.000 millones de la entidad.
El juicio quedará visto esta semana para sentencia, que se conocerá en otoño.