El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, ha asegurado este lunes que Bankia se ha situado «en el peor escenario posible» al declarar que sus necesidades de dinero público serán, en total, de 23.465 millones de euros, por lo que a partir de ahí el banco «sólo puede ir a mejor».
Por esa razón, García-Legaz ve «extremadamente improbable» que Bankia vaya a pedir una inyección pública superior a la ya anunciada. «El equipo gestor se está situando en el peor de los escenarios posibles, por lo que esos datos corresponden a un escenario límite. Es extremadamente improbable que sean necesidades mayores y no menores», ha dicho.
En una entrevista con TVE recogida por Europa Press, el secretario de Estado de Comercio, que forma parte del equipo del Ministerio de Economía y Competitividad, ha asegurado que los clientes de Bankia pueden estar «muy tranquilos», pues la entidad es «mucho más segura que nunca» al convertirse el Estado en su dueño.
Así, ha explicado que el Estado pondrá dinero en Bankia para quedarse con la entidad, por lo que ha negado que sea una inversión a fondo perdido, al tiempo que se ha mostrado convencido de que el banco estará bien gestionado a partir de ahora gracias a su nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri. «Tiene una trayectoria acreditada en el sector bancario y con buenos resultados. La hoja de servicios del nuevo equipo directivo está fuera de duda», ha subrayado García-Legaz.
El desplome de las acciones, «lógico»
El secretario de Estado de Comercio ha considerado «lógico» que las acciones de Bankia se hayan desplomado teniendo en cuenta que comunicó ganancias de 300 millones de euros en 2011 y ahora ha declarado pérdidas cercanas a los 3.000 millones. «Yo no le daría mayor importancia, la tiene, pero debe ser interpretada en ese contexto», ha señalado García-Legaz, que cree que lo normal es que la acción de la entidad invierta la tendencia más adelante.
En su opinión, el banco ha hecho bien en ser «absolutamente transparente» con sus cuentas y con el escenario que maneja, pues la transparencia es lo que más tranquilidad da a los inversores. «La sospecha es siempre el peor aliado de los mercados», ha subrayado. El secretario de Estado ha reconocido que «ningún auditor es infalible», empezando por el Banco de España, a quien mayoritariamente ha hecho responsable de la situación de Bankia por ser esta institución la que tiene la máxima responsabilidad de supervisión.
«El resultado de comprobar la situación de las entidades financieras no le corresponde al Gobierno, que no tiene acceso a las cuentas de los bancos, pero sí al Banco de España, que lleva seis años controlando las entidades financieras. A quien hay que pedirle explicaciones es a su gobernador. No se le puede pedir al Gobierno una responsabilidad que no le toca», ha indicado.
Saneamiento de la entidad
El fin de semana ha estado centrado en Bankia y en las actuaciones que se van a llevar a cabo para su saneamiento y la coordinación de las mismas. El viernes, la CNMV suspendió la cotización de la entidad a la espera de dichas medidas, y este lunes Bankia ha vuelto al parqué y los mercado ha vuelto a dar su veredicto sobre la fiabilidad de la entidad: La prima de riesgo española, que mide el diferencial entre la rentabilidad del bono alemán a diez años y su equivalente nacional, se ha disparad hasta su máximo histórico, 509,9 puntos básicos, dos horas después de la apertura del mercado.
La matriz de Bankia por su parte se reúne para replantear las cuentas de 2011. La entidad ha solicitado al Ejecutivo un total de 19.000 millones para sanear la entidad y cubrir pérdidas. Esta cantidad permitirá hacer frente a las provisiones inmobiliarias exigidas por el Gobierno, así como a las necesidades de capital detectadas por la auditoría hecha por Deloitte, la auditora que se negó a firmar las cuentas hasta que se corrigieran estos desequilibrios.
El saneamiento se realizará en dos fases, aunque deberá completar la nacionalización de Banco Financiero y Ahorro (BFA), la matriz de Bankia. Para ello, se deben convertir en acciones los 4.465 millones de euros que el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), tenía en participaciones preferentes de BFA. Esta conversión «se llevará a cabo a la mayor brevedad posible», según Bankia.
Tanto la conversión del préstamo como la ampliación supondrán una participación de control del Estado en BFA, si bien esta dependerá de si los accionistas minoritarios deciden aportar más dinero a la entidad para evitar rebajar su participación por el efecto de dilución. En cualquier caso, Goirigolzarri garantizó que la entidad contará con 12.000 millones más en capital.
Esta ampliación de capital estará asegurada en su totalidad por la matriz y tendrá derecho de suscripción preferente para los accionistas existentes. Este sería el último paso para culminar la nacionalización de Bankia, que el Gobierno decidió el pasado 9 de mayo.
Goirigolzarri defendió que con estos planes de saneamiento Bankia será una entidad «solvente y eficiente», y quiso tranquilizar a sus clientes, a los que consideró el «gran valor» del banco. «Pueden tener la absoluta confianza de que sus ahorros están ahora más seguros y garantizados que nunca», sentenció.