Nicholas Negroponte conocido por ser el fundador de MIT Media Lab, la revista Wired y la asociación One Laptop per Child, acudía en el año 1984 al salón TED en Nueva york para ofrecer un debate acerca del futuro de las tecnologías. Se trataba de un momento en el que los ordenadores despegaban y aparecía el primero comercializado por Macintosh, por lo que la expectación acerca de la tecnología eran máximas. Bajo el título “5 predicciones, a partir de 1984” Negroponte comenzó el debate y con él sus primeros pronósticos para dentro de 30 años, en esta ocasión vaticinaba el fin del ratón para dar paso al uso del dedo en la pantalla.
Conciencia o no, la tecnología táctil ya ha invadido las vidas de los ciudadanos y más pronósticos se suman a la lista del futuro de Negroponte, quien auguraba el fin de la prensa escrita para pasar a la digital, así como el uso de nuevas tecnologías en el ámbito educativo. Tras estas predicciones ya son muchos los que le consideran un gran futurólogo, a pesar de las risas que causaron en un primer momento sus afirmaciones. «Todo el mundo pensaba que era ridículo. Las pantallas tenían muy baja resolución y la gente pensaba que la mano iba a ocultar todo lo que se quería ver y los dedos iban a dejar la pantalla sucia”.
Concluidos los 30 años que dio como margen para que se aplicaran estos avances, Negroponte volvía al salón TED, celebrado en esta ocasión en Canadá, para hacer un análisis de lo ocurrido tras aquella primera intervención. Y como no podía ser menos ha vuelto a sorprender asegurando que «dentro de 30 años la información se ingerirá”.
Según el gurú tecnológico bastará consumir una píldora para acceder al conocimiento, así que saber idiomas no será un problema “El conocimiento viajará por el torrente sanguíneo, y una vez que la información contenida en la píldora llegue a la sangre esta se introducirá en el cerebro… Y las distintas piezas se depositarán en los lugares adecuados”, una forma sin duda muy fácil para ser grandes ilustres.
Quizá su idea parezca típica de una película de ficción pero sus aciertos le avalan, y por ello afirma “una de las cosas que me permite la vejez, es decir con gran confianza que he estado en el futuro” haciendo referencia así a las veces que se han cumplido sus predicciones. Habrá que esperar por tanto 30 años para verlo, aunque es probable que él nunca llegue a saber si acertó o no debido a su edad.