La Junta de accionistas de Talisman Energy, con una aceptación unánime de más del 99% de los votos a favor, dio el visto bueno a la oferta de Repsol, paso decisivo para cerrar una operación que fue acordada el pasado mes de diciembre y que permitirá a la petrolera española convertirse en uno de los principales grupos energéticos privados del mundo, con mayor presencia en países de la OCDE, al incorporar reservas y producción en países de gran estabilidad geopolítica.
Aunque el respaldo de dos tercios de los accionistas era más que suficiente jurídicamente para que la operación siguiera adelante, Repsol había mostrado su deseo de obtener en esta junta una aceptación máxima a su oferta.
Esta junta, celebrada en Calgary (Canadá), representaba un momento clave en el calendario del proceso de adquisición de Talisman Energy por la petrolera española, que se prevé cerrar para mediados de este año. Dentro de este proceso, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, ya ha presentado también a las autoridades canadienses el proyecto.
La compañía canadiense presentó a sus accionistas dos informes favorables a la operación elaborados por Nomura y Goldman Sachs que valoraban la oferta de Repsol como «justa desde el punto de vista financiero».
La dirección de la compañía también describrió ante los accionistas la posición del consejo de administración, que apoya de forma «unánime» la transacción tras recibir asesoramiento financiero y jurídico. Tras la venta, la compañía quedará excluida de las Bolsas de Nueva York y Toronto.
El fondo Templeton Investment Counsel (13,34%) y los multimillonarios estadounidenses Carl Icahn (7,34%) y John Paulson (6,76%) son los máximos accionistas de Talisman Energy.
El pasado 16 de diciembre, Repsol acordó la adquisición del 100% Talisman Energy por un importe de 8.300 millones de dólares (6.640 millones de euros), más una deuda de 4.700 millones de dólares (3.760 millones de euros), lo que eleva la operación a unos 13.000 millones de dólares (10.400 millones de euros).
Se trata de la mayor operación internacional realizada por una empresa española en los últimos cinco años y permitirá a Repsol situarse entre las 15 compañías petroleras privadas más importantes del mundo, con presencia en más de 50 países y con más de 27.000 empleados.
El acuerdo con Talisman supone el pago a sus accionistas de 8 dólares estadounidenses (6,4 euros) por cada acción, lo que representa una prima del 24% sobre la cotización media de los últimos tres meses. Las acciones de Talisman cerraron el viernes a 4,29 dólares en la Bolsa de Nueva York.
La transacción añadirá una extensa cartera exploratoria con activos productivos de alta calidad y potencial exploratorio, que aseguran el crecimiento de la actividad en los próximos años.
Aumentará el peso norteamérica
En concreto, Talisman Energy aportará a Repsol activos en producción de primera calidad y áreas de gran potencial exploratorio en Norteamérica (Canadá y Estados Unidos) y el Sudeste Asiático (Indonesia, Malasia y Vietnam), así como en Colombia y Noruega, entre otros países.
Una vez culminada la operación, Norteamérica aumentará su peso en Repsol, al suponer casi el 50% del capital empleado en el área de exploración de hidrocarburos de la compañía. El capital empleado en Latinoamérica será del 22%.
La incorporación de Talisman incrementará la producción del grupo Repsol un 76%, hasta los 680.000 barriles equivalentes de petróleo al día, y aumentará el volumen de reservas un 55%, hasta alcanzar los 2.353 millones de barriles equivalentes de petróleo.
Desinversiones y emisión de bonos híbridos
Para financiar la operación, Repsol tiene previsto desinversiones por al menos 1.000 millones de dólares (unos 800 millones de euros) en los próximos 12 meses, aproximadamente un 2% del total de activos del grupo, una vez se complete la adquisición.
Además, Repsol, con una liquidez de 6.400 millones de euros en efectivo y equivalentes, articulará unas líneas de crédito a largo plazo de 2.600 millones de euros y opciones financieras adicionales a corto plazo, al tiempo que llevará a cabo una emisión de hasta 5.000 millones de bonos híbridos para mantener la calificación crediticia, no dilutiva para los accionistas.
La transacción elevará la deuda actual de Repsol de unos 2.500 millones de dólares (unos 2.000 millones de euros) a unos 15.400 millones de dólares (unos 12.400 millones de euros).
El grupo estima unas sinergias por la gestión conjunta de activos tras la compra de más de 200 millones de dólares anuales (unos 170 millones de euros).