viernes, noviembre 22, 2024
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“Están dejando morir a Unipapel”

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Un ambiente funesto impera en la fábrica. Como cada mañana en los últimos meses, sus empleados han acudido a sus puestos de trabajo con desánimo e incertidumbre. El ruido constante de la maquinaria se ha reemplazado por un silencio atronador que indica que las cosas no marchan bien. Sólo una máquina, con suerte dos, permanecen en funcionamiento. Los brazos cruzados y las caras largas dominan entre los integrantes de la plantilla. Es la radiografía de quien teme perder su empleo de un momento a otro. Una dramática situación que afecta a casi 200 trabajadores de Unipapel en Tres Cantos, una de las empresas punteras del sector de las artes gráficas en la Comunidad de Madrid.

El horizonte de los trabajadores de Unipapel se presenta negro después de confirmarse sus temores tras la reunión que han mantenido este viernes los representantes sindicales y la empresa. De momento ya nos han anunciado un ERTE que afectará al 100% de la plantilla y no han descartado un ERE o una suspensión de pagos en el futuro, cuyas negociaciones arrancarán el 17 de mayo. A partir del lunes vamos a acordar un calendario de movilizaciones para que nos aseguren una estabilidad en el futuro», asegura Luis Torrón, secretario general de la sección estatal de FES-UGT en Unipapel de Tres Cantos.

“Están dejando morir a Unipapel”. Así de contundente resume P. J., un trabajador con más de 30 años de experiencia, la agonía que vive la empresa. Él y sus compañeros llevan mucho tiempo desconcertados y con temor a acabar en la calle. Esta incertidumbre se apoderó de ellos desde que en abril de 2014 Adveo, la firma a la que pertenecía, la vendió por 16 millones de euros al fondo de capital riesgo suizo Springwater Capital. “Desde entonces comenzaron los problemas y empezamos prácticamente a dejar de trabajar», lamenta. Y no es porque no haya trabajo, matiza este profesional que ha preferido no revelar su identidad por miedo a represalias. “Seguimos teniendo pedidos, pero no podemos fabricar casi nada porque no hay inversión por parte de la empresa y por tanto no tenemos materia prima para producir”, añade.

La deuda que ha contraído Springwater con los proveedores ronda los 20 millones de euros. “Les deben un montón de dinero y éstos a su vez no nos sirven las materias primas que necesitamos”, asegura el trabajador. La fábrica de Unipapel en Tres Cantos está especializada en la producción de sobres, pero ésta ha decrecido notablemente desde que el fondo de inversión tomó las riendas y algunos proveedores dejaron de servirles ante los continuos impagos. 

Al desalentador panorama de parálisis que reina en la factoría de Tres Cantos, se añade otra situación aun más dramática que atenta directamente contra los trabajadores y sus familias: el impago de sus nóminas. La empresa no les ha pagado aún el mes de abril ni tampoco la paga de beneficios que les correspondía en marzo, mes que también cobraron con retraso. Esta incertidumbre está pasando factura irremediablemente a los hogares de los empleados. En muchos de ellos Unipapel es la única fuente de ingresos, y a su propia salud en forma de depresión y ansiedad. “La situación se ha vuelto bastante crítica, no sabemos qué va a pasar y nadie da la cara desde arriba”, lamenta el empleado.

«Una empresa abandonada»

La situación en Tres Cantos es análoga a la de las otras dos plantas que Unipapel tiene en Logroño y Aduna (Guipúzcoa), con 60 y 70 trabajadores, respectivamente. Ante el silencio de la empresa, los empleados han emprendido en las últimas dos semanas una serie de concentraciones a las puertas de las respectivas fábricas en busca de explicaciones por el abandono del negocio y la incertidumbre que sufre la plantilla, de la que el 80% tiene edades comprendidas entre los 45 y los 60 años. También fue una de las empresas en apuros cuyos trabajadores se manifestó el pasado 1 mayo en la marcha convocada por el Día del Trabajador en busca de visibilidad para denunciar su drama laboral.

“Denunciamos el derecho al trabajo porque estamos parados teniendo muchos encargos de nuestros clientes”, asegura el secretario sindical de UGT en Unipapel, Luis Torrón,. “La empresa está abandonada y sin directrices, podría estar a pleno rendimiento, pero parece que Springwater no quiere que trabajemos. Están descaradamente descapitalizando la empresa», denuncia.

Torrón tiene claro que el fondo de inversión suizo no “está interesado” en que Unipapel sea productiva. “Lo que están haciendo es hundir el negocio”, advierte. Considera que si hubieran inyectado capital, habrían levantado el negocio, aunque desde el primer momento no pareció ser la intención de Springwater.

A las deudas que tienen con los proveedores, también se suman las que han contraído con la Seguridad Social y Hacienda tras no pagar varios meses los seguros sociales ni la cuota obrera. Al no haber inversión, Unipapel no puede cumplir la demanda de los clientes que aún le quedan. “Hemos perdido en torno al 80% de nuestros clientes desde que entró Springwater por los continuos incumplimientos”, subraya.

Unipapel no es la única empresa que pertenece a Springwater. Hasta 10.000 trabajadores en España dependen del fondo suizo tras haber comprado a precio de saldo otras firmas como la cadena de electrodomésticos Miró, la agencia de viajes Nautalia, los restaurantes Peggy Sue o la empresa de ingeniería Imtex. Todas ellas están pasando por el mismo proceso que atraviesa Unipapel y, por ello, sus empleados se mantienen en contacto ante el negro horizonte que se avecina.

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