El juzgado de lo mercantil número 2 de Sevilla ha dictado un auto en el que declara la homologación judicial del acuerdo de reestructuración de Abengoa, según ha comunicado hoy la empresa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El acuerdo, que cumple los requisitos formales y materiales exigibles y los porcentajes necesarios, se extiende a todos los acreedores de pasivos financieros de Abengoa.
El juez asume las conclusiones a las que llega el informe de un experto independiente, que mantiene que el plan de viabilidad preparado por la dirección de la compañía «es razonable y realizable».
Abengoa presentó al juez el plan reestructuración con apoyo del 86% de la deuda.
Una vez publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), se abre un plazo de 15 días para la impugnación del auto.
Con el paso de hoy, Abengoa logra el requisito necesario para salir de la situación de preconcurso de acreedores que pidió hace un año y para aplicar su plan de reestructuración, lo que se materializará en la Junta General Extraordinaria de Accionistas el 22 de noviembre.
Abengoa tuvo que recurrir al preconcurso de acreedores por su elevado endeudamiento de más de 9.000 millones de deuda financiera y casi 5.000 millones en pagos pendientes a proveedores, en lo que hubiera sido la mayor quiebra de la historia de España.
En estos meses, Abengoa ha reducido su plantilla en 9.000 personas, al pasar de 26.000 empleados en todo el mundo a los 17.000 actuales y ha realizado importantes desinversiones.
El pasado mes de agosto, el grupo logró cerrar un acuerdo de reestructuración de la deuda con sus principales acreedores, que prevé la inyección de 1.170 millones de euros, quitas a la deuda y una nueva estructura de capital.
Con el visto bueno del juez, el acuerdo se someterá a la junta extraordinaria, de la que saldrá una nueva Abengoa presidida por Gonzalo Urquijo y con un consejo de administración renovado.
En la junta también se votarán las ampliaciones de capital que darán lugar a la nueva estructura societaria en la que los actuales accionistas verán diluida su participación al 5%, mientras que los acreedores -fondos, banca y bonistas- y nuevos financiadores tendrán el 95 % restante.
La presencia de los Benjumea y otras familias históricas de la compañía se quedará alrededor del 1,5%.
Efe