Deutsche Bank, el principal banco alemán vuelve a presentar pérdidas, por tres años consecutivos a pesar del duro ajuste para sanearlo del presidente ejecutivo, John Cryan. Además de los números rojos se enfrenta a una nueva multa de Estados Unidos de 70 millones de dólares, por el intento de manipulación de la tipo de interés que se aplica a determinados productos derivados en dólares.
La pérdida neta en 2017 asciende a 497 millones de euros, muy alejada, sin embargo, de la pérdida histórica de 6.800 millones en 2015 y de los 1.400 millones en 2016.
Las explicaciones del banco se refieren a los efectos del impacto fiscal de la reforma Trump, en el último trimestre, con un resultado negativo de 1.400 millones. Sin ese efecto, el beneficio hubiera sido de 900 millones.
El banco defiende con ese argumento la reestructuración emprendida, reiterando las dificultades europeas: “un entorno de mercado difícil, tipos de interés bajos y una inversión continua alta en tecnología”.
A la bolsa, sin embargo le ha parecido poco: de ahí la penalización al valor, superior al 5%.
Las pérdidas en el último trimestre aumentaron un 15,6%, hasta 2.186 millones, pero de euros, incrementando así un 15,6%, tras un recorte en los ingresos del 19,2% (5.710 millones).
A los malos datos anuales, se une la nueva multa pactada en EEUU por prácticas irregulares, conocidas antes de que el banco informara de los resultados, a través del regulador americano, con una acusación: haber intentado manipular el índice de referencia para derivados, entre 2007 y 2012.
No es el único acusado. En esa lista están también Royal Bank of Scotland, Citigroup, Barclays y Goldman Sachs, que también ha tenido que pagar millones de dólares en multas.
El efecto Trump y la caída de ingresos
Los ingresos netos se vieron fuertemente afectados por la reforma fiscal en EEUU. Como se anunció el 5 de enero, el banco reconoció un cargo no monetario de aproximadamente 1.400 millones de euros a raíz de un ajuste de valoración de sus Activos por Impuestos Diferidos (DTAs) en EEUU.
Los menores ingresos reflejaron el impacto de las desinversiones estratégicas de negocio y las exigentes condiciones de mercado. Los ingresos para el año 2017 fueron de 26.400 millones de euros, un 12% menos, o 3.600 millones de euros menos, en relación al ejercicio anterior. Sobre esta caída, aproximadamente la mitad provino de desinversiones estratégicas, incluyendo Hua Xia Bank, Abbey Life y Private Client Services en 2016.
Asimismo, el acuerdo para vender una parte del negocio de banca minorista en Polonia y las pérdidas asociadas a la salida de países tuvo un impacto negativo sobre los ingresos en 2017.
Un tercer elemento de importancia fue el ajuste en el valor de la deuda (Debt Valuation Adjustments) y el ajuste de los márgenes de la deuda propia del banco medida a valor razonable, que tuvo un impacto negativo de 513 millones de euros sobre los ingresos durante 2017.
Ajustando estos temas, los ingresos anuales habrían caído aproximadamente un 5% en relación al ejercicio anterior, debido a la baja volatilidad en el mercado financiero y una reducida actividad de clientes, notable en el cuarto trimestre, y persistentes bajos tipos de interés.
Las desinversiones estratégicas de negocio particularmente afectaron a los ingresos netos en el cuatro trimestre, que cayeron un 19% hasta los 5.700 millones de euros. Ajustando estos puntos y los otros elementos mencionados arriba, los ingresos para el cuatro trimestre habrían descendido un 10% debido, de nuevo, a la baja volatilidad y la actividad de clientes en los mercados financieros y los continuos bajos tipos de interés.
Actualmente el banco tiene como objetivo un coste ajustado de 23.000 millones de euros en 2018, más alto que los 22.000 millones del objetivo anterior lo que le obligará a mantener su política de desinversiones por encima de 900 millones de euros .
Miguel de la Balsa