La recuperación económica se está haciendo esperar en algunos sectores. Y a algunos les está costando más que a otros como, por ejemplo, al de los servicios de catering. Este sector se compone en un 75% de micronegocios y está abrumado por sus deudas. Los graves problema son la atomización del sector, el pequeño tamaño de sus negocios, y el intrusismo.
La facturación media de las empresas de catering no ha dejado de crecer desde 2013. Sin embargo, el crecimiento del sector no significa necesariamente una mejora de su salud financiera.
Los datos de 2017 muestran un importante ajuste de los márgenes comerciales, en un entorno cada vez más competitivo, de acuerdo con el análisis de Insight View.
Por su parte, la aseguradora Crédito y Caución asegura que el 50% de los negocios de catering está en riesgo máximo o elevado de llegar a graves situaciones de impago y de convertirse en morosos,
En riesgo máximo se encuentran el 33% y en riesgo elevado en el 17% restante. El rating de morosidad es de un 3,5 en un índice de 0 a 10. Y lo peor recae en los pequeños, a la vista de sus cifras de facturación y de su crecimiento prácticamente inapreciable. El 77% de las empresas de catering tiene una antigüedad de más de cinco años.
Asimismo, los datos indican que los pequeños negocios facturan de media al año 350.000 euros y sin apenas aumentos, en contraposición a los 69 millones de euros que ingresan las grandes marcas, aunque sólo suponen el 2% del total del sector de catering en España.
La recuperación económica sólo ha beneficiado a las grandes empresas de este sector, se dice en el informe de Crédito y Caución.
La crisis, que entre 2011 y 2015 arrojó resultados negativos para el conjunto de los micronegocios de acuerdo con el estudio, ha dejado por otra parte una mala herencia: el ajuste de los márgenes empresariales. Es un hecho reconocido en el sector que los precios bajaron en esos años y ya no se han recuperado para el 75% de los negocios.Lo que está pasando
¿Qué está pasando con los servicios de catering? ¿Por qué una actividad que está, al parecer, de moda no ofrece tanta rentabilidad como pudiera imaginarse? Hay varias razones que explican la lenta y difícil marcha de estos negocios, según Crédito y Caución y según autónomos que trabajan en este sector.
La primera es que el 2% de grandes empresas y el 4% de medianas copan prácticamente la actividad. La marca es un reclamo poderoso. El resto está sumamente atomizado y los pequeños son muy pequeños.
Esta situación provoca que darse a conocer a los potenciales clientes sea muy difícil, se funciona con el ” boca a boca”. Las redes sociales y, cada vez más, las páginas webs se han convertido en los aliados de su publicidad pero la fórmula de ganar nuevos clientes sigue siendo que un primero recomiende el catering a un segundo.
Otro factor importante que lastra a los pequeños del catering es el intrusismo. Llevar una actividad de este tipo requiere una autorización de manipulador de alimentos que, aunque fácil de obtener, es un trámite que no todos están dispuestos a realizar.
Además, un negocio pequeño de catering no necesita de grandes locales. Con la crisis económica y después con las modas que han traído los programas de televisión, ha proliferado el preparar los servicios en las propias cocinas de casa. El boca a boca hace lo demás…pero también da lugar a la competencia desleal que hace mucho daño a los negocios legales.
Por último, el producto con el que se trabaja también condiciona para crecer. Al ser productos perecederos, las áreas de negocio tienen que ser cercanas y no permiten expandirse en espacio. Las zonas de reparto no pueden ser muy lejanas porque la comida tiene que llegar siempre perfecta.
Las empresas de el sector de comidas preparadas para eventos y otros servicios de comidas en España en 2017 que facruran alrededor de 3500 millones de euros al año. El 40% de toda la facturación de este mercado en España correspondió a los cinco primeros operadores.
Miguel de la Balsa