La compañía «ha comprado suficiente energía limpia para igualar por completo el uso global anual de electricidad» de sus instalaciones, según sus cálculos.
La estrategia utilizada para conseguirlo incluyó contratos a largo plazo o Acuerdos de Compra de Energía, (los PPA o Power Purchase Agreement en inglés) para la adquisición de electricidad de parques eólicos o solares construidos cerca de sus instalaciones.
Estos PPA «tienen más impacto que otros métodos de compra, como los Créditos de Energías Renovables desagregados», según el comunicado de Google, ya que «estimulan la construcción de nuevos proyectos renovables».
A lo largo de 2018, la compra de energía de la empresa se mantuvo «al mismo nivel que nuestra demanda» gracias a varios proyectos impulsados con este tipo de contratos, incluyendo tres parques eólicos en Escandinavia, decenas de turbinas eólicas en Oklahoma y más de 120.000 paneles solares en los Países Bajos.
Google reconoce que de todas formas su planificación «resulta complicada» por lo que, además, ha confirmado que ha empezado a asociarse con diversas compañías de servicios públicos, con el objetivo de que cada vez «más empresas desempeñen un papel en la lucha contra el cambio climático».
Su idea es «ponérselo fácil a cualquier tipo de negocio», porque utilizar energía limpia «tiene sentido a nivel económico» en gran parte del mundo, pero «sigue siendo difícil» acceder a ella para «muchas» empresas.
Por este motivo, Google decidió este año asociarse a otros grandes compradores de energía para lanzar la Alianza de Compradores de Energía Renovable y «catalizar 60 gigavatios de nuevas compras de energía renovable» para 2025.
Gracias a los avances en inteligencia artificial y diseño de chips, los centros de la compañía fundada por Larry Page y Sergei Brin son, a día de hoy, «siete veces más eficientes que hace cinco años», desde el punto de vista energético.
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