El propietario de Twitter, Elon Musk, ha sido acusado de convertir las oficinas de la compañía en dormitorios para sus trabajadores. Tras la denuncia de uno de ellos, funcionarios de San Francisco están investigando estos hechos.
Desde este lunes, la oficinas tiene «dormitorios modestos con colchones, cortinas sobrias y monitores gigantes en la sala de conferencias» con cuatro a ocho camas por piso, revelaron los empleados a la revista Forbes.
Los cambios parecen ser parte del plan de Musk para un «Twitter incondicional» en el que exige que los empleados dediquen «muchas horas con alta intensidad» después de que despidiera a casi la mitad de la fuerza laboral de la empresa.
«Necesitamos asegurarnos de que el edificio se use según lo previsto”, dijo un portavoz del departamentode inspección de edificios de la ciudad. “Existen diferentes requisitos del código de construcción para edificios residenciales, incluidos los que se utilizan para estancias a corto plazo. Estos códigos aseguran que las personas utilicen los espacios de manera segura”, asegura el inspector.
Musk critica la investigación
Musk criticó la investigación. “Entonces, la ciudad de San Francisco ataca a las empresas que brindan camas para empleados cansados en lugar de asegurarse de que los niños estén a salvo del fentanilo. ¿Dónde están tus prioridades @LondonBreed ?”, publicó en Twitter con un enlace a un artículo que detalla la cuenta de un padre que, dice que su bebé sufrió una sobredosis de fentanilo después de haber estado expuesto a la droga, en un parque infantil de la ciudad.
Algunos trabajadores ya informaron haber dormido en la sede de la empresa. La directora de gestión de productos de Twitter, Esther Crawford, compartió una foto el mes pasado de ella durmiendo en la oficina con una máscara para los ojos y un saco de dormir. “Cuando su equipo se esfuerza las 24 horas del día para cumplir con los plazos, a veces usted #DuermeDondeTrabaja ”, escribió Crawford en Twitter.
Algunos empleados se han quejado de que no se les avisó de que se iban a instalar camas en los centros de trabajo para habilitarlos como dormitorios. Uno de ellos que no quiso ser identificado, declaró: «Es una falta de respeto. No nos gusta nada».
R.F.