Junto al editor de Acantilado, Jaume Vallcorba, el joven poeta, de apenas 31 años, reconoció este miércoles que, por su grosor, él es el primer sorprendido por el volumen de su producción, que ahora ha querido revisar, y eliminar de ella «aquellos poemas que nadie, excepto mi abuela Dorita, que vive en Buenos Aires, echará en falta».
Acabado el trabajo y releídas las piezas, le parece «que siguen siendo los mismos libros que eran pero menos afónicos».
A la hora de enfrentarse a la obra, una de sus preocupaciones fue la organización de todo el material generado desde 1997, cuando tenía 20 años, hasta 2007, ya en la treintena, concluyendo que debía estructurar los libros por bloques temáticos, más que siguiendo un orden cronológico.
En la primera parte, bajo el epígrafe de «Colecciones de poemas», incluye sus libros Métodos de la noche,El tobogán y Mística abajo, en los que trata cuestiones relacionadas con la vida.
La segunda parte, Series poéticas, contiene los textos de El jugador de billar,La canción del antílope,Mundo mar y Alguien al otro lado, dos títulos estos últimos inéditos hasta hoy.
El volumen se cierra con Estrofas, dos colecciones de «haikus» -una de las formas de la poesía tradicional japonesa- y una de sonetos.
39 poemas inéditos
En total, el escritor dijo que el lector podrá descubrir 39 poemas inéditos, de los que 36 forman parte de Mundo mar (18) y Alguien al otro lado (18).
Sobre estos dos libros, que no han visto la luz hasta ahora, explica que el primero lo fue escribiendo durante cinco veranos, frente al mar, y se trata de unos poemas «minimalistas, serenos, que forman una historia, sino narrativa, moral», en la que sobrevuelan las ideas de infinito y eternidad.
en cambio, tuvo una génesis distinta y rara, según su autor, puesto que fue escrito de una tirada durante una noche «un poco atroz».
En este sentido, y confesando que es la primera vez que lo contaba, indicó que estaba a la espera de unas pruebas médicas que podían ser graves e «imaginé que acababa de morirme y con esa voz, con un pie en el umbral, me despedía de los amigos».
Poesía «de verdad»
Un entusiasmado Jaume Vallcorba apuntó que la poesía de Neuman es «de verdad» y la ha contrapuesto a la que muchos practican en la actualidad «deslavazada y desestructurada».
Andrés Neuman, en este sentido, dijo que para él forma y contenido son «indistinguibles» y que siempre ha tenido más claros los gustos ajenos que los propios.
Preguntado por los autores que más le gustan o le han influenciado, argumentó que en sus libros se puede ver la influencia de «una macedonia de épocas y lenguas», con autores de cabecera como Aragon, Christian Bobin, Simone Weil, Quevedo, Rilke o Keats.
En cuanto a sus poemas, indicó que uno que gusta mucho a sus lectores es Palabras a una hija que no tengo, mientras que él prefiere Oda sobre la oda del viejo ruiseñor y Plegaria del que aterriza, un texto que recitó ante los periodistas durante la rueda de prensa, en la que también declamó varios «haikus».
Nacido en Buenos Aires en 1977, Neuman vive desde hace años en Granada y es autor, entre otras, de las novelas Bariloche, con la que fue finalista del premio Herralde y de La vida en las ventanas, finalista del premio Primavera.