El resultado confirma los pronósticos que apuntaban a un triunfo del «sí» superior al 60 por ciento, reflejo del sólido respaldo a la reforma, que apoyan todos los partidos groenlandeses menos «Los Demócratas», que obtuvo el 16 por ciento en los últimos comicios.
Aunque el referendo es de carácter consultivo, hay un acuerdo previo para respetar su resultado, de ahí que se considere un mero trámite su ratificación por los parlamentos de Nuuk, capital groenlandesa, y Copenhague. El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, anunció hoy que presentará la propuesta de ley en febrero, una vez aprobada por el Inatsisartut (Parlamento groenlandés), con el objetivo de que se cumpla el plan de que el estatuto entre en vigor el 21 de junio de 2009, coincidiendo con los 30 años de la autonomía groenlandesa.
«Saludo con alegría que la propuesta haya tenido tanto eco en la población groenlandesa. La reforma del estatuto tiene un amplio apoyo político en Groenlandia y en Dinamarca», señaló en un comunicado Rasmussen, quien resaltó además la alta participación. El presidente autonómico groenlandés, Hans Enoksen, dijo estar «muy emocionado» y haber llorado «lágrimas de la alegría».
«Doy las gracias a la gente por su apoyo, ahora podemos dar el siguiente paso», dijo Enoksen al canal KNR desde la discoteca de Nuuk en la que celebraron el triunfo los partidarios del «sí».
El ex presidente autonómico, ahora parlamentario en Copenhague y uno de los «padres» de la autonomía groenlandesa, Lars-Emil Johanssen, señaló que la «nación» ha hablado y que ya no son sólo los dos diputados que Groenlandia tiene en el Parlamento danés -al igual que las Islas Feroe, la otra autonomía danesa- los que hablan de independencia.
Los ingresos del subsuelo
El referendo culmina un largo proceso que se remonta a ocho años atrás y en el que han participado distintas comisiones parlamentarias, la última de ellas una mixta danesa-groenlandesa cuya propuesta final de reforma se vio retrasada por culpa del principal escollo en las negociaciones: el reparto de los ingresos del subsuelo.
Según estimaciones recientes bajo su subsuelo podría haber reservas de crudo equivalentes a la mitad de las de Arabia Saudí, lo que permitiría a un país que vive de la pesca y la subvención anual de Copenhague -el 27 por ciento de su PIB- ser autosuficiente.
Ambos gobiernos han acordado que la subvención estatal de 3.200 millones de coronas (unos 429 millones de euros) se reducirá progresivamente con una cantidad que corresponderá a la mitad de los hipotéticos ingresos anuales del subsuelo que superen los primeros 75 millones de coronas (algo más de 10 millones de euros). En el caso de que la subvención se reduzca a cero, ambas partes deberán renegociar sus futuras relaciones económicas.
Los puntos del nuevo estatuto
La adjudicación de los ingresos procedentes del subsuelo es uno de los principales puntos del nuevo estatuto, que otorga además al groenlandés el rango de única lengua oficial y abre la puerta al acceso a nuevas competencias como política penitenciaria, policía, tribunales, extranjería y control de fronteras y transporte aéreo.
Sólo seis áreas seguirán bajo control danés: Constitución, nacionalidad, Tribunal Supremo, defensa y seguridad, política monetaria y de divisas, así como la política exterior. De los ingresos procedentes del petróleo dependerá en gran medida la evolución política futura de Groenlandia.
El hielo dificulta la extracción del crudo, desde el punto de vista tecnológico y económico, lo que añade un alto grado de incertidumbre a la fecha de una hipotética independencia, que según los más pesimistas es inviable a medio plazo.
Los partidos nacionalistas hablan sin embargo de 2016 o de 2021, coincidiendo con los 300 años de la colonización danesa, como fechas posibles para la separación definitiva -sin descartar la firma de un acuerdo de libre asociación- de Kalaallit Nunaat (país de los hombres), el nombre en groenlandés de la mayor isla del mundo, con 2,2 millones de kilómetros cuadrados y apenas 56.000 habitantes.