El presidente recordó que «ha sido un año excelente para el tenis y el deporte español» y enumeró los diferentes triunfos obtenidos a lo largo de la última temporada, entre los que destacó Roland Garros, Wimbledon y «la medalla de oro olímpica de quien no pudo estar en la Davis», en alusión a Rafa Nadal.
Asimismo, Zapatero mencionó «la admiración de todos los españoles por su calidad de gran deportista», pero añadió que para él «lo mas importante es su humildad», su calidad humana. Nadal, afirmó, «es el ejemplo que va acompañando a todo lo que representa el deporte, porque tener unos deportistas como los nuestros nos hace país y nos hace brillar ante el mundo».
En este sentido, el presidente del Gobierno se dirigió a Lissavetzky y Mercedes Cabrera y les dijo: «Os es fácil estar en el G-8 del deporte, porque España está entre los mejores países del mundo».
«Rindo homenaje al tenis y a los tenistas, incluidos los miles y miles que se entrenan en las escuelas de tenis de España. Es la tercera Davis que ganamos, la primera fuera, y lo hemos conseguido en un sitio que no era fácil. Cuando veíamos por la televisión la olla a presión en que jugabais, comprendíamos que la victoria era un acto heroico. La fortaleza moral os hizo ser campeones», manifestó Rodríguez Zapatero.
El presidente aludió a la importancia de «amar el deporte y saber compartir los éxitos, que son de todos» e indicó que «saber ganar es tan difícil como saber perder». «Nos hacéis sentirnos muy orgullosos», concluyó.
Al terminar el acto, José Luis Rodríguez Zapatero y los tenistas posaron con una réplica de la Copa Davis en pequeño, dado que la original permanece aún en Londres, donde será grabada con la victoria de España.