Martín criticó la falta de transparencia de las medidas acordadas por los gobiernos de la zona del euro y Estados Unidos para ayudar a las entidades con problemas financieros, y aseguró que éstas acabarán por perjudicar a aquellos bancos que no las necesitan, durante su intervención en una jornada sobre el futuro de la banca española, organizada este jueves en Madrid por PwC y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD).
Al mismo tiempo, demandó a los bancos centrales una mayor financiación para las entidades a corto plazo, un alargamiento de los plazos de financiación y una bajada de los tipos de interés.
Martín destacó, pese a todo, la fortaleza del sistema financiero español que, según dijo, no deberá de «emigrar» de modelo, a diferencia de otros países.
No obstante, reconoció que se enfrenta a una coyuntura económica «difícil» propiciada por el desapalancamiento del mercado del crédito y del sector de la construcción en España.
Morosidad en el 7%
Por su parte, Quintás se mostró pesimista respecto a la recuperación económica y consideró que la solución para que esta crisis sea más corta está en manos del Gobierno y de los agentes sociales.
«La crisis de liquidez ha dejado de ser el principal problema una vez que el Gobierno ya sabe lo que pasa», dijo Quintás, que añadió que ahora el problema para las entidades radica en enfrentarse a la imparable escalada de la morosidad. A este respecto auguró que la morosidad de las cajas de ahorros puede llegar a situarse en torno a los niveles de la crisis de los años 90, es decir en el 7% en los próximos años y espera que el próximo año estos niveles se acerquen al 6%.
Además se refirió a la elevada solvencia del sistema financiero español y confió en la prudencia de las cajas les lleven a realizar reservas excepcionales para enfrentarse a los próximos años, aunque esto suponga una rebaja de sus beneficios.