Egibar señaló que los responsables «políticos» de que esta operación no haya salido adelante en la Asamblea de Kutxa celebrada el viernes, donde 63 compromisarios votaron a favor del proyecto, 33 en contra y 4 se abstuvieron, son los que «se situaron en el bloque del no, PSE, PP, ELA, LAB y el colectivo Banatuz de la izquierda abertzale, que, en definitiva persiguen neutralizar e impedir» este proyecto.
El dirigente jeltzale lamentó que se esté vendiendo este resultado «como un gran triunfo» o como «un fracaso del PNV», cuando quienes han apostado por esta operación «PNV, otros partidos y sindicatos» sumaron más votos que «quienes se han instalado en la estrategia del no». «Hay una responsabilidad clara e intransferible de quienes han apostado por el no y, acto seguido, a 50 metros de la Kutxa han brindado con champán o con cava», esa «imagen, esa foto es muy elocuente», destacó.
A su juicio, el PSE, «a diferencia de lo que está ocurriendo en otras comunidades autónomas, como Andalucía, Cataluña, Galicia o Valencia, que han impulsado procesos de fusión», en Euskadi, «esto no es posible», porque los socialistas «intentan retrasar en el tiempo e impedir la creación de instituciones, en este caso financieras, potentes que estructuren este país», y «encuentra compañeros de viaje». «Cuanto más débil sea el sistema vasco desde la perspectiva de Estado del PSOE, mejor, eso es lo que piensan y la política que practican», criticó.
Tras mostrarse «decepcionado», recordó que, a pesar de todo, «la vida sigue y, desde luego, tanto la Kutxa, como la BBK, como la Vital, deberán seguir su vida como cajas en solitario». Preguntado sobre si este proyecto de fusión podría retomarse tras las próximas elecciones autonómicas, puerta que ha dejado abierta el PSE, Egibar afirmó que los socialistas «podrán decir lo que quieran», pero esta operación «se ha acabado».
Descomposición del Gobierno Vasco
El secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzabal, aseguró por su parte, que el «fracaso» del proyecto de fusión de Kutxa y BBK representa «la descomposición del proyecto del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y de un PNV» que «ya no puede, ni está en condiciones de liderar los grandes proyectos económicos» del País Vasco.
Oyarzabal reiteró que el «fracaso» de esta operación «planteada por el PNV y por el Gobierno vasco» es reflejo de un PNV que «se muestra como un lastre también para la economía y que, en este momento, pone en riesgo las principales instituciones financieras» vascas.
A su juicio, el hecho de que este proyecto promovido por los jeltzales no haya salido adelante «pone en riesgo la credibilidad de las principales instituciones financieras de Euskadi». Por ello, consideró que, «más que nunca», el PP puede representar «el voto más eficaz para salir de la crisis y para fortalecer el crédito de las instituciones financieras y los promotores económicos de este país».
Camuflar el fraude
En cuanto a las reacciones del pasado sábado, Eusko Alkartasuna aseguró que ninguno de sus vocales se abstuvo en la asamblea de la Kutxa, y acusó al PNV y el PSOE de «camuflar el fraude» con una votación secreta, que ha pedido que se repita, pero no de ese modo.
El coordinador general de Ezker Batua, Javier Madrazo, ha acusado al PSE-EE de primar el interés partidista sobre el general al oponerse a la fusión de las cajas guipuzcoana y vizcaína, Kutxa y BBK respectivamente.
Aralar ha considerado que aunque no se ha logrado la fusión de la Kutxa y la BBK, «ha quedado claro que una gran mayoría» está a favor de la integración y este proceso, que «tarde o temprano se volverá a abordar», debe hacerse con «una reflexión más participativa sobre el modelo de cajas».