sábado, noviembre 23, 2024
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‘The Economist’ advierte de que lo peor está por venir en el sector inmobiliario español

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Como el ladrillo ha sido la apuesta segura durante mucho tiempo, a los españoles les resulta difícil de entender que los precios caigan tan drásticamente, afirma el semanario británico, que recoge el caso de los cientos de personas que durmieron al raso durante días para hacerse con alguno de los pisos del «pocero» de Fuenlabrada (Madrid).

La realidad es que podrían haber encontrado precios más bajos en internet, afirma la publicación, que asegura que el mercado «esta cayendo rápidamente», pero a un ritmo que es difícil de evaluar.

Esto es así, según The Economist, porque los españoles no declaran el verdadero precio de venta de sus casas, lo que repercute en que las cifras oficiales, basadas en estimaciones de tasadores, muestren una caída nominal del 1,3% en el tercer trimestre.

Para la publicación, la mayoría de los expertos piensa que la cifra es mucho mayor y ofrece la valoración de la escuela de negocios IESE, que habla de una caída del 8% en los precios.

Los vendedores privados no pueden creer que sus hogares están perdiendo valor, pero los constructores saben que se les acabó el chollo, continúa The Economist, que destaca que muchas promociones se están vendiendo a un 20% por debajo del precio inicial.

Este es un dato que pocos constructores están dispuestos a reconocer públicamente por miedo a que los clientes cancelen sus contratos y se vayan en busca de algo más barato, añade la revista en la edición que sale a la calle este viernes.

La publicación se refiere también a los problemas de los bancos, que no vienen tanto de los impagos por parte de los particulares, sino de los constructores y los promotores, destinatarios de más del 40% de los créditos inmobiliarios que conceden las entidades.

Y lo peor está por venir, dice el periódico, que señala los grupos constructores que están en dificultades: Habitat, Martinsa-Fadesa, Metrovacesa, Colonial y Sacyr Vallehermoso.

En este contexto, recoge The Economist, muchas nuevas viviendas aún se están terminando de construir, pero son pocos los nuevos proyectos que se han iniciado en los últimos meses.

Las grúas, tan presentes en las últimas décadas en el paisaje urbano español, pronto desaparecerán y la construcción -que hasta hace poco representaba en España el doble del porcentaje del PIB que en otros grandes países europeos-, sufrirá un duro ajuste.

El reportaje descarta que los planes del Gobierno para reactivar la economía vayan a hacer subir el precio de las propiedades.

Y concluye: durante años los españoles se han quejado de los exorbitantes precios de la vivienda. El mercado se está encargando de solucionarles el problema.

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