Precisamente con este homenaje comenzaba la sesión especial en el Congreso. Y es que no podía desperdiciarse la oportunidad de que los españoles más jóvenes mostrasen un rechazo unánime a la barbarie etarra.
El presidente del Congreso, José Bono, que estuvo acompañado de la vicepresidenta primera del órgano, Teresa Cunillera, la vicepresidenta segunda, Ana Pastor y el secretario segundo, José Ramón Beloki, mostró su esperanza de que se detenga pronto a los culpables del asesinato del empresario para que acaben en la cárcel y ha mandado todo su apoyo a sus familiares.
Emoción y nervios
Laura ha explicado a ESTRELLA DIGITAL que Bono fue el encargado de darles la bienvenida a «su casa, la casa de la soberanía popular, de la que tienen las puertas abiertas» y ha resaltado que la experiencia ha resultado muy «emocionante», aunque fue imposible quitarse del medio los nervios, tanto por lo que suponía participar en «un acto histórico» como «porque leer delante de tanta gente impone».
A esta alumna de 16 años, que ocupó el escaño del diputado popular Cándido Reguera Díaz, le «tocó» recordar al resto de sus compañeros el artículo 61, en el que se proclama que «el Rey, al ser proclamado ante las Cortes Generales, prestará juramento de desempeñar fielmente sus funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las Comunidades Autónomas» y que «el Príncipe heredero, al alcanzar la mayoría de edad, y el Regente o Regentes al hacerse cargo de sus funciones, prestarán el mismo juramento, así como el de fidelidad al Rey».
Pero no todo fueron nervios. También hubo tiempo para la alegría y la espontaneidad, algo de lo que quizá deberían empaparse los verdaderos dueños de los asientos de la Cámara.
Echaron de menos a los personajes famosos
De esta forma, Laura ha señalado que algunos de los estudiantes decidieron utilizar los ordenadores que cada diputado tiene en su escaño para mandarse mensajes, textos que aparecían firmados en las pantallas por los nombres de los parlamentarios.
Este fue uno de los métodos con los que mostraron su disconformidad con la ausencia de los personajes famosos que en un principio habían sido invitados y que, para evitar otra polémica después de la surgida por la propuesta de colocar una placa en el Congreso a Sor Maravillas, decidió anularse.
Precisamente Bono se hizo eco de esta anécdota y bromeó con ellos al señalar que, aunque sabía quienes eran los autores de los mensajes, había decidido borrarlos y mantener la privacidad.
«Muchas gracias por vuestro respeto y comportamiento», señaló el presidente del Congreso para poner fin a la jornada.
A pesar de que para muchos de los adolescentes el acto fue «un poco largo», la mayoría se marchó del hemiciclo con una buena sensación. Y es que participar en la celebración de los 30 años del texto que supuso la consolidación de la democracia a España tras una larga y dura dictadura sólo está al alcance de algunos elegidos.