viernes, noviembre 22, 2024
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El primer atentado en Pakistán tras la masacre de Bombay se cobra 28 vidas

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Tras la explosión tuvo lugar un apagón en la zona, lo cual dificultó las tareas de rescate y la llegada de las ambulancias. La explosión causó destrozos en comercios cercanos e incendió algunas viviendas.

El inspector general de Policía de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP), cuya capital es Peshawar, Malik Navid Khan, declaró al canal que la bomba, colocada en un vehículo, contenía entre 20 y 25 kilos de explosivos.

La misma fuente, citada esta vez por la cadena Dawn, descartó que se tratara de un ataque suicida y explicó que la potente explosión formó un gran cráter en la zona.

Tanto el presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, ya condenaron el ataque, según la agencia estatal APP.

Una fuente policial, que situó el número de muertos en ocho, aseguró a APP que el atentado se registró justo frente a un hotel, donde una multitud se agolpaba para comer.

En Peshawar, que durante las últimas semanas está sufriendo un alarmante aumento de la violencia, han tenido lugar varios atentados contra mezquitas chiíes o zonas en las que predomina población de esta secta del Islam.

Violencia sectaria

La violencia sectaria también es frecuente en la región tribal de Orakzai, no muy lejos de Peshawar, donde este viernes perdieron la vida seis personas y otras cinco resultaron heridas en un ataque suicida. Un responsable de distrito confirmó a APP la muerte de seis miembros de una tribu en Orakzai, la única de las llamadas «agencias tribales» que no limita con Afganistán. Esta demarcación no acostumbra a ser escenario de combates entre los integristas y las fuerzas de seguridad paquistaníes, pero sí que se ve azotada a menudo por conflictos sectarios, ya que tiene en su territorio una fuerte presencia chií.

El atentado en Peshawar, capital de una provincia donde la insurgencia talibán paquistaní causa estragos, es el primero en Pakistán después de los ataques terroristas de Bombay de la semana pasada, que costaron la vida a 188 personas.

Nueva Delhi insiste en que los terroristas son paquistaníes y mantiene que el grupo Lashkar-e-Toiba (LeT), que lucha por la anexión de la Cachemira india a Pakistán, es el responsable de los ataques.

Además, el pasado jueves numerosos medios indios difundieron filtraciones de los servicios de inteligencia, según las cuales la India tiene pruebas de la implicación de los servicios secretos paquistaníes (ISI) en la planificación del asalto terrorista al corazón financiero de la India. Las fuentes acusan de estar detrás de los ataques al grupo Jamaat-ud-Dawa, bajo el cual supuestamente se esconde el proscrito LeT, y «rehúsan creer» que el Ejército paquistaní no tuviera conocimiento del plan de los terroristas.

En medio de la escalada de tensión entre ambas potencias nucleares, Islamabad reiteró que está comprometida en su lucha contra el terrorismo y que actuará contra cualquier «elemento» paquistaní que se demuestre culpable de los ataques de Bombay, a pesar de que en su propio territorio tiene muchas dificultades para poner freno a los atentados y el extremismo islámico.

Este viernes mismo, el jefe del ISI, Ahmed Shuja Pasha, se reunió antes del atentado con Guilani para analizar la situación de la seguridad en la región, según un comunicado de la oficina del primer ministro, que no ofreció más detalles.

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