«A todos nos quedó la sensación de que teníamos que quedarnos más o que teníamos que volver», explicó a Efe la bailaora, que, como en aquella ocasión, actuará dos días ante más de mil espectadores en el emblemático teatro de la capital china, apodado «el Huevo».
Pagés aseguró que cada vez que lleva a grandes teatros Sevilla siempre repite, como ya ocurrió en Tokio o París, y Pekín no podía ser menos, ya que en abril «se llenó hasta la bandera». El espectáculo pone sobre el escenario a seis músicos y 14 bailaores, además de la propia Pagés, que, en casi una hora y media, intentan «contar el alma de la ciudad» andaluza.
Imitar «nuestra estética»
No faltan en la representación a través del baile la feria de Sevilla o el toreo, aunque también hay elementos inspirados en la propia vida de la bailaora, como el taconeo en la oscuridad de zapatos blancos con lunares rojos, los primeros que tuvo Pagés, que comenzó a bailar a los cuatro años.
De su primera visita al Gran Teatro Nacional de Pekín recordó a «la gente que esperaba a la salida, sobre todo chicas, todas querían imitar de alguna manera nuestra estética o preguntaban dónde podían aprender (flamenco), tenían esa curiosidad».
«Son un público muy espontáneo», explicó Pagés sobre los espectadores pequineses, a los que conoce bien tras tres actuaciones en la capital china. Según Pagés, «se nota que cuando hay algo que le gusta, se implica», en contraste con la impresión con la que llegó por primera vez a China, cuando creía que el público sería «más frío y distante».