Sus cuatro compañeros acudieron el pasado sábado a dependencias de Capitanía Marítima de Burela y posteriormente a los juzgados de Viveiro para dar su versión de lo sucedido, un día después de hacer lo mismo ante la Guardia Civil y la Policía Judicial en Burela.
Según los portugueses Adriano Olibeira, Serginho Da Silva y Augusto Maia de Jesús, y el indonesio Casman, el arrastrero Rosamar, que naufragó el pasado viernes a 24 millas al noroeste del puerto lucense de San Cibrao, se hundió «en un minuto» después de que un aparejo se enganchara en el fondo del mar y, al hacer de ancla con olas de seis metros, provocara el vuelco del barco y su posterior hundimiento.
El siniestro causó la muerte de tres marineros, Mario Castaño da Silva -patrón del barco-, José Tomé -primer mecánico- y José Agraca, contramaestre de redes, cuyos cadáveres fueron repatriados a última hora de la tarde del sábado desde el tanatorio de Foz a las localidades portuguesas de Vila do Conde, Nazaré y Matosinhos, detalló Lavaller.
Por el momento, las tareas de búsqueda de los cuerpos de otros cinco marineros desaparecidos tras el hundimiento prosiguen en una zona marítima entre Galicia y Asturias, aunque no hay ninguna novedad acerca de su paradero, lamentó el armador.
Dos barcos y un avión participan en las labores de rescate en esa zona en donde se sospecha que podrían encontrarse los náufragos, aunque fuentes Salvamento Marítimo indicaron que ya no confían en encontrarlos con vida.