Filianoti, en una entrevista con Corriere della Sera aseguró desconocer el motivo de su relevo de último minuto y que le gustaría saberlo, pues durante los dos meses de ensayos, dijo que sólo había recibido felicitaciones.
El problema parece que surgió en el ensayo del pasado jueves, una especie de «anteprima» ante estudiantes, en el que, según La Repubblica, Filianoti realizó «una prueba no satisfactoria».
El tenor restó importancia a aquel ensayo y dijo que si en una prueba decidió no cantar al máximo de su voz se trata de una «elección legítima».
Filianoti dijo a La Stampa que la dirección decidió que no cantara en la jornada inaugural para «preservarle» de eventuales pitadas, ante posibles fallos en la interpretación.
«El arte no es un negocio»
«Yo canto con pasión, el arte no es negocio. Es una vergüenza que cosas como esta ocurran en el primer teatro de ópera del mundo», se lamentó el tenor.
La intención del teatro era que no cante ni en el estreno, ni en la segunda representación, diciendo que «estoy indispuesto, para ser más creíbles», pero en el resto sí, agregó.
La Scala inauguraró este domingo su temporada operística, el acto cultural más importante de Milán, cuyo inicio se vio amenazado también por una huelga de los trabajadores del teatro.
Serán pocos los privilegiados que puedan asistir en La Scala a la representación de la esperada ópera, bajo la batuta del italiano Daniele Gatti y con la dirección escénica del francés Stéphane Braunschweig, pero teatros, cines y museos de decenas de ciudades de todo el mundo ofrecerán en directo la transmisión de la ópera.