También, este jueves se produjeron nuevos incidentes violentos encabezados por un reducido grupo de incontrolados cuando miles de manifestantes protestaban por el centro de Atenas. Grupos de radicales que se encontraban en las filas de los manifestantes pacíficos lanzaron piedras, botellas y palos contra los antidisturbios que vigilaban la manifestación convocada por los estudiantes y el Movimiento de Trabajadores de la Izquierda. «Policías cerdos y asesinos», «Alexis, tú estás vivo y nos guías», rezaban algunas de las pancartas.
En el municipio de Agios Dimitriu, al sur de Atenas, el Ayuntamiento fue ocupado por los escolares y en el puerto de El Pireo, continuo a la capital griega, unos 500 escolares y profesores mantienen cerrada una avenida principal y la mitad de las escuelas están clausuradas u ocupadas.
La Unión de Maestros de Grecia (OLME) estimó que cientos de centros escolares en todo el país se encuentran ocupados por los propios alumnos en protesta por la violencia policial.
El canal de televisión MEGA informó de que la policía ha utilizado en los seis días de crisis unos 4.200 bombas lacrimógenas, por lo que ha tenido que encargar más a una empresa en Israel.
Grecia, uno de los miembros de la UE y con una tasa de desempleo juvenil superior al 20 por ciento, vive desde el sábado pasado un ola de violentos disturbios, que están poniendo bajo presión al Gobierno del primer ministro democristiano, Costas Caramanlis.
A la espera del avance del procedimiento legal contra los policías implicados en la muerte del adolescente, el Parlamento guardó este jueves un minuto de silencio en memoria de la víctima.
El ministro del Interior, Prokopis Pavlopulos, declaró ante el pleno de la Asamblea que «nadie puede adelantar el veredicto pero cualquiera que sea la decisión, será severa». Añadió que «nada puede justificar la forma en la que el policía atacó a un menor, cualquiera que hayan sido las circunstancias, y tampoco la forma que utilizó para defenderse».
«Homicidio intencional»
En el testimonio presentado el pasado miércoles ante el juez, el agente acusado de «homicidio intencional» alegó que no fue su intención matar al joven, que disparó al aire para defenderse y que la víctima mostraba «un comportamiento conflictivo». Los colegios en los que estudió Alexandros Grigoropulos en Atenas desmintieron este viernes categóricamente las afirmaciones del policía, declarando que el joven fallecido era un muchacho de «conducta ejemplar y querido por sus compañeros y profesores».
El ministro Pavlópulos tildó a los manifestantes que han causado unos daños materiales de unos 200 millones de euros a los comercios del centro de Atenas como «enemigos de la democracia» y reiteró que «la infracción de la ley será castigada».
Por su parte, el líder de la oposición, el socialista Giorgos Papandreu, quien había solicitado esta semana la dimisión del Gobierno conservador, declaró este jueves que el país vive «la ausencia de un Estado de derecho que debería proteger las vidas, los bienes y los derechos de los ciudadanos. El futuro no se construye con la violencia», aseveró el dirigente socialista tras una reunión con comerciantes del centro capitalino, especialmente afectados por los disturbios, que les han arruinado el importante negocio navideño.
El líder del movimiento izquierdista SIRIZA, Alekos Alavanos, acusó en el Parlamento al ejecutivo de Caramanlis de ser el «responsable de lo sucedido». «Este gobierno no puede permanecer en el poder», aseveró el líder de SIRIZA, mientras que un portavoz del Partido Comunista KKE manifestó que «los brotes de violencia de la policía son un asunto que se repite, no es un hecho aislado».
Los incidentes se sumaron este jueves a los disturbios ocasionados por adolescentes en diversos puntos de la capital, con ataques contra más de 20 cuarteles de la policía, en los que resultó herida una persona de levedad.