El pequeño crucifijo, de 41,3 centímetros de alto por 39,7 de ancho, había pertenecido hasta ahora a un anticuario de Turín Giancarlo Gallino y en 2004 se descubrió que había sido tallado por el genial artista hacia 1495, cuando tenía 20 años.
Tras el descubrimiento, la obra juvenil de Miguel Ángel (1475-1564) fue expuesta por primera vez en 2004 en el museo Horne de Florencia.
La talla sorprendió por el realismo del cuerpo de Jesús, que según un grupo de profesores de medicina anatómica de la universidad de Florencia, estaba inspirado en el cadáver de unos dos días de un hombre de unos 30 años.
La opinión de los historiadores
En 1942, según los historiadores, Miguel Ángel pasó un tiempo en el convento del Espíritu Santo de Florencia y obtuvo el permiso para estudiar los cadáveres procedentes del hospital de los monjes y perfeccionar sus estudios sobre la anatomía humana, que después aplicaría magistralmente en sus obras.
Otra característica de la pieza es que Miguel Ángel realizó diferentes pruebas para tallar la cabeza del Cristo, hasta que consiguió colocarla en la posición que más concordaba con el realismo de un cuerpo muerto clavado en una cruz.
Las autoridades italianas mostrarán mañana el crucifijo al papa Benedicto XVI, quien mañana visitará la sede diplomática italiana.