Monika Harms, la fiscal federal alemana, puso como ejemplo el caso del terrorista libanés Youssef El Hajdib, recientemente condenado a cadena perpetua por un atentado fallido con maletas bombas contra dos tres alemanes, para advertir de la importancia que está cobrando internet entre los terroristas.
El Hajdib, según Harms, se radicalizó influido por la propaganda difundida a través de la red y en él, dijo la fiscal, «lo horrible fue que germinó lo que había sembrado Al Qaeda».
Uno de los colaboradores de Harms, Rainer Griebaum, también aludió al papel de internet y señaló que los propagandistas del terrorismo islámico que usan la red son cada vez más jóvenes y suelen tener una «mentalidad propia de los juegos de ordenador». Según Griesbaum, para muchos jóvenes no existe ya una conciencia de culpabilidad cuando apoyan el terrorismo a través de la red y citó como ejemplo lo que han arrojado recientes investigaciones contra un autodenominado Frente Mediático Islámico Global.
Sin bajar la guardia
«Admiten los hechos pero no tienen ninguna sensación de culpabilidad», dijo Griesbaum. Los fiscales advirtieron de que, aunque hasta ahora en Alemania se han podido frenar planes de atentados de grandes dimensiones, no se debe bajar la guardia contra el terrorismo.
«Alemania también puede ser un blanco de atentados y no hay que dejarse engañar por la distancia geográfica que separa al país de Bombay», dijo Harms aludiendo al reciente atentado en India. Por otra parte, con respecto al atentado de Bombay, el ministro de Interior alemán, Wolfgang Schäuble dijo a medios alemanes durante una visita a Nueva Dehli que en Alemania viven algunos miembros de la organización que se considera responsable del mismo, Lashkar-e-Taiba.
Según Schäuble, se trata de casos aislados y nada indica que el grupo separatista cachemir tenga estructuras en Alemania ni que planifique atentados en este país.